Washington.- Oskar Zepeda básicamente ha tenido una misión en su vida: matar o capturar.

Tras servir nueve veces en Irak y Afganistán, tiene un nuevo blanco: La pornografía infantil.

Zepeda, de 29 años, es parte de un grupo de 17 veteranos de las fuerzas armadas estadounidenses que son entrenados en ciencias forenses de computadoras y enviados a oficinas del servicio de Inmigración y Aduanas. No reciben paga ni garantías de recibir empleos a tiempo completo una vez terminen sus pasantías.

Pero sienten que el objetivo de su nueva misión supera cualquier consideración financiera.

"Me encantan los retos. Y tengo mi propia familia", dice Zepeda, cuya carrera militar fue acortada por una granada de mano y las 25 operaciones que le siguieron. "Siento que aún estoy sirviendo a mi país y protegiendo a mi familia al mismo tiempo".

Para Shannon Krieger, que sirvió en el ejército y ahora fue asignada a una oficina de inmigración en Nueva Orleáns "esta es una nueva pelea en la que puedo participar. Eso es realmente lo que yo buscaba, No iba a aceptar un trabajo simplemente por el cheque".

Funcionarios federales dicen que PROTECT, un grupo de activismo en favor de los niños, propuso la idea de incorporar a veteranos heridos a la pelea contra la pornografía infantil. El agente especial del servicio de inmigración Patrick Redling dijo que la agencia, donde los veteranos forman 30% de la fuerza laboral, respaldó la idea.

"Ellos (los veteranos) forjaron carreras luchando por este país y protegiendo a los ciudadanos de este país", dijo Redling. "Nada mejor que poner a alguien que ya tiene esa disposición mental en un programa en el que existe otro campo de batalla, muy similar, pero en el que proteges a los niños. Estás sacando a depredadores de las calles".

La agencia pidió al Comando de Operaciones Especiales que informase del programa a militares heridos a punto de salir de las fuerzas armadas o ya retirados. Los veteranos recibieron aproximadamente 11 semanas de entrenamiento intensivo en computadoras y asuntos de leyes antes de ser asignado a oficinas del servicio de inmigración.

Aunque el servicio de inmigración no les paga, la mayoría de los participantes reciben una compensación por discapacidad física. Muchos además cobran un estipendio del Departamento de Asuntos de Veteranos para gastos de educación.

A cambio, están ganando valiosa experiencia en ciencia forense de computadoras, en gran demanda ente agencias de la ley y el orden, lo que debe facilitar ofertas de empleo una vez concluyan sus pasantías.

Generalmente, los veteranos trabajan en un laboratorio y examinan computadoras y discos confiscados en órdenes de allanamiento. Tienen dos prioridades: analizar la evidencia para asistir en el enjuiciamiento de un sospechoso y determinar si hay niños aún en peligro que tengan que ser rescatados.