Los legisladores del estado de Maryland aprobaron el viernes una medida para abolir la pena de muerte, y enviarán la iniciativa al gobernador Martin O'Malley, quien desde hace mucho ha expresado su respaldo a ésta.

La Cámara de Delegados votó 82-56 por el anteproyecto de ley que previamente había sido aprobado por el Senado. Ochenta demócratas y dos republicanos votaron por la abolición de la pena capital, que necesitaba de 71 votos para que fuese sancionada. Dieciocho demócratas y 38 republicanos votaron en contra.

El resultado de la votación representó una victoria importante para el gobernador demócrata, que ha realizado esfuerzos durante cinco años para que la pena de muerte sea abolida. Se le considera como presidenciable en las elecciones del 2016.

"Tenemos una responsabilidad moral para evitar hacer cosas que son un derroche y que no dan resultados, y sostengo, que van en contra de los profundos principios que nos unen a los que vivimos en Maryland", destacó O'Malley, rodeado de un grupo de opositores a la pena de muerte, entre ellos, Benjamin Jealous, presidente de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Raza Negra (NAACP por sus siglas en inglés).

En el proyecto de ley, la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional sería la más drástica condena en el estado.

Los defensores de la abolición alegaban que la pena de muerte es costosa, racialmente sesgada, un factor inútil para combatir el delito y una medida algunas veces aplicada erróneamente. La posibilidad de ejecutar a un inocente llevó a muchos legisladores a darle su respaldo a la medida.

"Puedo vivir sin remordimiento enviando a la muerte a criminales que cometieron acciones perversas y dolorosas contra los niños, nuestra policía, nuestras madres y nuestras hijas", dijo el delegado demócrata Luiz Simmons, en su participación durante el debate. "Pero a lo que me opongo, y con lo que no podría vivir, es usar la pena de muerte para ejecutar a un hombre o una mujer inocente".

Los detractores de la propuesta insistieron en que la pena de muerte era un arma necesaria para sancionar a aquéllos que cometieron los delitos más abyectos.

Kirk Bloodsworth, el primer recluso en Estados Unidos en salir en libertad por evidencia de ADN después de haber sido condenado a la pena de muerte, observaba la votación desde la galería de la cámara. Al escuchar el conteo que aprobaba la propuesta, el hombre saltó emocionado con los brazos en alto.

"No se puede castigar al culpable, caminando sobre un inocente, nunca.", dijo eufórico Bloodsworth.

Bloodsworth fue condenado erróneamente en dos ocasiones por el asesinato de una niña de 9 años, y estuvo dos años a la espera de su ejecución en su primer juicio. En el segundo proceso volvió a ser hallado culpable y fue condenado a cadena perpetua en vez de la pena de muerte. Finalmente fue absuelto en 1993.

Maryland tiene a cinco condenados a la pena de muerte. La ley no sería aplicada retroactivamente en sus casos, pero el anteproyecto establece que el gobernador podría conmutar sus sentencias a cadena perpetua.