Bone Terre, Missouri. Una prisionera en Missouri fue ejecutada el martes por un homicidio cometido en 2003 en lo que se considera la primera pena de muerte aplicada a una mujer transgénero en Estados Unidos.

Amber McLaughlin, de 49 años, fue declarada culpable de acechar y asesinar a su exnovia y después abandonar el cadáver cerca del río Mississippi en San Luis.

El destino de McLaughlin quedó sellado el mismo martes cuando el gobernador republicano Mike Parson le rechazó la petición de clemencia.

McLaugling conversaba tranquilamente con un guía espiritual a su lado cuando le era inyectada la dosis letal de pentobarbital.

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McLauglin respiró pesadamente un par de veces y después cerró los ojos. Certificaron que había muerto pocos minutos después.

“Me arrepiento de lo que hice”, dijo McLaughlin en su última declaración escrita. “Soy una persona cariñosa y amable”.

Según estadísticas del Centro de Información sobre Penas de Muerte, que se opone a las ejecuciones, 1,558 personas fueron sometidas a la pena capital desde que se le reinstaló a mediados de la década de 1970.

Todos los casos, salvo siete, corresponden a hombres. El centro dijo que no había casos previos de la ejecución de una prisionera abiertamente transgénero.

McLaughlin comenzó su transición hace unos tres años en la prisión estatal en Potosi.

En la petición de clemencia se había mencionado la niñez traumática de McLaughlin y problemas de salud mental que el jurado jamás consideró durante el juicio, según los abogados.