Nueva York.-  Los trabajadores de emergencias escudriñaban el sábado los escombros de dos edificios de la ciudad de Nueva York derrumbados por una terrible explosión, tratando de llegar a sus sótanos y despejar el camino para que los investigadores busquen pistas que puedan revelar qué causó la tragedia que dejó ocho personas muertas.

Maquinaria pesada retiraba escombros del sitio en East Harlem, que todavía está repleto de personal de emergencias de varias dependencias gubernamentales.

Camiones repletos de material serán examinados en busca de restos humanos que no se hubiesen localizado antes en el lugar, dijo el jefe de bomberos Salvatore Cassano. 

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Aunque los cadáveres de las ocho personas reportadas como desaparecidas ya fueron recuperados, la operación de rescate continúa en caso de que haya alguien más bajo los escombros, informó el funcionario.

Investigadores de incendios están esperando entrar al sótano para examinar medidores, verificar tuberías e inspeccionar cualquier posible fuente de ignición, como contactos eléctricos, que pudiesen haber causado la explosión. Un 70% de los escombros ya habían sido retirados el viernes al mediodía después de que un muro que había demorado el proceso finalmente fue retirado.

A unas calles de distancia, bajo los rieles del tren Metro-North, varios vehículos siguen todavía cubiertos de ladrillos y escombros. Los automóviles fueron retirados de las inmediaciones de la explosión.

Para el sábado no estaba programada ninguna conferencia de prensa y tampoco se prevé que el alcalde Bill de Blasio visitara el lugar.

"Creíamos que íbamos a ver al vecindario recomponiéndose, pero tal vez sea demasiado pronto", dijo Gloria Herrera, de 24 años, quien estaba observando los trabajos de recuperación. "Esto es muy triste".

Más de 60 personas resultaron heridas por la explosión y al menos 100 se quedaron sin vivienda, según las autoridades.

La teoría de que la explosión se debió a una fuga de gas ganó fuerza el viernes después de que la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, que investiga accidentes en tuberías, dijo que pruebas realizadas tras la explosión del miércoles en la mañana registraron altas concentraciones de gas natural.

La policía ya identificó a seis de los ocho muertos: Griselde Camacho, de 45 años, funcionaria de seguridad del Hunter College; Carmen Tanco, 67, higienista dental que participó en misiones médicas en África y el Caribe; Andreas Panagopoulos, 43, músico; la mexicana Rosaura Hernández, 22, cocinera de restaurante; George Ameado, 44, empleado de mantenimiento que vivía en uno de los edificios y Alexis Salas, 22, empleado de un restaurante.

Autoridades mexicanas dijeron que la ciudadana Rosaura Barrios Vázquez, de 43 años, estaba entre los muertos. Un octavo cadáver, de una mujer, fue sacado de los escombros el jueves, pero no se conocía su nombre.