Nueva York.- Por lo menos 400 personas mueren a manos de policías en Estados Unidos cada año y, aunque las circunstancias de cada caso son diferentes, hay algo en común: solo muy pocas veces los jurados de investigación concluyen que los policías han cometido un delito.

Los enjuiciamientos suelen involucrar a policías que mienten sobre lo sucedido, tratan de encubrir sus acciones o usan fuerza excesiva para infligir castigo.

Mientras los manifestantes han salido a las calles en varias ciudades de Estados Unidos para protestar después que un jurado de investigación determinó que no cabía formular cargos contra un policía que usó una toma fatal para reducir a un hombre desarmado en la ciudad de Nueva York, otro jurado de investigación en Carolina del Sur determinó que había razones para acusar de asesinato a Richard Combs, jefe de policía de un pueblo pequeño que mató a un hombre desarmado que había ido a la alcaldía para cuestionar una multa de tránsito.

Relacionadas

Este año, un jurado de investigación en Carolina del Norte acusó a un policía de Charlotte-Mecklenburg por haber matado a un exjugador de fútbol americano universitario que golpeó algunas puertas en busca de ayuda después que su automóvil se salió de la carretera.

En North Augusta, Carolina del Sur, un policía fue acusado en agosto de conducta impropia después de disparar contra un hombre de 68 años que no detuvo su automóvil cuando se lo ordenaron.

Es difícil generalizar por qué algunos casos desembocan en cargos penales y otros no, aunque los antecedentes indican que los jurados podrían simpatizar menos con los policías que son culpables de algo más que falta de juicio durante una crisis.

Los policías a quienes sorprenden mintiendo tienden a ser acusados. También los que utilizan la fuerza para castigar en vez de protegerse, o quienes provocan enfrentamientos físicos por motivos aparentemente personales en vez de profesionales.

"Si un policía se desboca y actúa personalmente y no como un agente de la ley, es allí cuando se ven cargos penales", afirmó Candace McCoy, que enseña en el Colegio John Jay de Justicia Penal en Nueva York.

Philip Matthew Stinson, profesor de la Universidad Estatal Bowling Green en Ohio, quien ha estudiado una base de datos de 10,000 arrestos policiales por distintos motivos, dijo que los jueces y los jurados son más estrictos si los policías se exceden de sus funciones oficiales, como robar a un traficante de drogas, o si aprovechan la autoridad de su cargo para zanjar un asunto personal.

En cambio "si los jurados se ponen a pensar 'Oh, Dios mío. ¿Una decisión en una fracción de segundo? ¿Qué hubiera hecho yo? ¿Disparar contra el sujeto?', no habrá acusación", afirmó.

En muchos casos se formulan cargos cuando hay intento de encubrimiento.

Sin embargo, "realmente es difícil conseguir un enjuiciamiento estatal", dijo Mary Howell, abogada de Nueva Orleáns que ha representado a víctimas de policías. Dijo que un motivo es que los fiscales se resisten a enjuiciar a policías y otro es que los jurados de investigación buscan un nivel de pruebas más convincente.

"Es realmente una de esas raras instancias en que hay una presuposición de inocencia", afirmó.

En los últimos 15 años en la ciudad de Nueva York, nueve policías fueron acusados por cuatro muertes. Solo uno fue condenado y el castigo fue leve. El policía Bryan Conroy fue sentenciado a probatoria y 500 horas de servicio comunitario en 2005 por la muerte de un inmigrante africano desarmado durante un allanamiento en Manhattan.