Washington.- Las revelaciones embarazosas sobre las brechas en la seguridad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que depende del Servicio Secreto, siguen sucediéndose.

A pesar de más de tres horas de interrogatorio de legisladores de la Cámara el martes, la directora del Servicio Secreto Julia Pierson olvidó mencionar otra brecha de seguridad que ocurrió justo días después de que un veterano del Ejército que portaba un chuchillo escalase la valla de la Casa Blanca y corriera hacia la mansión ejecutiva.

El 16 de septiembre, un contratista de seguridad armado y con tres condenas por asalto y agresión montó en un elevador con Obama y sus equipo de seguridad en el Centro para Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta, violando el protocolo del Servicio Secreto. The Washington Examiner y The Washington Post informaron de los detalles del incidente justo horas después de la audiencia de Pierson.

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Un portavoz del Servicio Secreto confirmó el incidente del ascensor a última hora del martes pero no ofreció más detalles, citando una investigación en marcha sobre lo sucedido. No estuvo claro si el presidente y la propia Pierson conocían el incidentes hasta ahora.

Los legisladores solicitaron exámenes adicionales acerca de la pobre respuesta de la agencia. El presidente del comité de la Cámara, con responsabilidades de vigilancia sobre el Servicio Secreto, pidió que una comisión independiente hiciese una revisión de "de arriba abajo" en la agencia.

"Estoy profundamente preocupado por la falta de transparencia del Servicio Secreto dado el reciente fallo de seguridad en la Casa Blanca", dijo el legislador de Texas Michael McCaul, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara, en referencia al incidente del 19 de septiembre. "Este último episodio se suma a la creciente lista de fallos de una agencia plagada de retos operativos, problemas culturales y dificultades".

En su comparecencia del martes, Pierson dijo que es la única que informa a Obama de amenazas sobre su seguridad personal y que lo ha hecho en solo una ocasión este año, "por el incidente del 19 de septiembre". También desveló que poco antes de que el supuesto intruso, Omar J. González, escalase la vaya, al menos dos agentes uniformados lo reconocieron de un encuentro problemático anterior, pero que ninguno se acercó a él ni informó de su presencia a sus superiores.

El 25 de agosto, González fue parado cuando llevaba una pequeña hacha cerca de la valla sur de la Casa Blanca, dijo Pierson.

Los legisladores se sorprendieron también por un retraso de cuatro días en 2011 antes de que el Servicio Secreto se percatase de que un hombre había disparado un rifle de gran potencia en la Casa Blanca, informó el domingo el Post.

Pierson dijo en su comparecencia que el plan de seguridad para proteger la Casa Blanca no fue "ejecutado adecuadamente", el 19 de septiembre, cuando el intruso corrió por el jardín norte de la Casa Blanca y cruzó la puerta principal - que no estaba cerrada con llave -, golpeando a un agente del Servicio Secreto y corriendo por las escaleras que llevan a la residencia de la primera familia. Recorrió la sala Este antes de ser interceptado por un agente del servicio cerca de la entrada de la sala Verde. El Post informó el martes que el funcionario no estaba de servicio en ese momento pero que estaba en la zona.