Washington. - Un senador demócrata que hace cuatro años guardó duelo por la muerte de 20 niños en su estado, Connecticut, empleó una táctica dilatoria en el Congreso estadounidense que le tuvo casi 15 horas como orador hasta la madrugada del jueves, reclamando una votación sobre medidas de control de armas apenas unos días después de una balacera masiva en un club de Florida.

Aunque parecía improbable que pudiera alcanzarse un compromiso sobre el asunto de las armas, el senador Chris Murphy aguantó en de pie en el Senado prometiendo quedarse allí "hasta que tengamos alguna señal, algún indicio de que podemos reunirnos". Cedió la palabra a las 2:11 de la madrugada EDT, indicando que había obtenido compromisos de líderes republicanos sobre que se celebrarían votaciones sobre enmiendas para ampliar las comprobaciones de historial y la prohibición de la venta de armas a supuestos terroristas.

Los demócratas han retomado el debate sobre el control de armas después de 49 personas murieran en el tiroteo de Orlando el domingo de madrugada.