Austin (TX) - Un total de 234 sirios se han instalado en los últimos meses en Texas, informaron hoy las autoridades, después de que el gobernador estatal, el republicano Greg Abbott, anunciara que no acogerá más personas de ese país tras los atentados del pasado viernes en París, que causaron 129 muertos.

Según la Comisión de Salud de Texas (estatal), 190 refugiados y 23 demandantes de asilo sirios llegaron al estado sureño durante el pasado año fiscal, que terminó el 31 de agosto, mientras que otros 21 han llegado desde septiembre.

La mayoría vive en el área de Dallas-Fort Worth, que acoge a cerca de un centenar, aunque también hay en Houston, Austin y otras ciudades del estado, informó el citado organismo público, encargado del bienestar económico y la adaptación de los refugiados.

Estas 234 personas serán los últimos ciudadanos sirios que pisarán suelo texano de acuerdo con el anuncio efectuado este lunes por Abbott, quien consideró que "cualquiera" de los refugiados sirios "podría estar vinculado al terrorismo".

"Como gobernador de Texas, le informo que el estado de Texas no aceptará ningún refugiado de Siria tras el letal ataque terrorista en París", que se atribuyó el grupo yihadista Estado Islámico (EI), afirmó el gobernador en una carta enviada al presidente, Barack Obama, este lunes.

El anuncio de Texas fue secundado por una treintena de estados -la gran mayoría republicanos- y recibido con numerosas críticas.

"Será, creo, la primera vez en la historia que un gobierno estatal trate de impedir la llegada de refugiados por su nacionalidad. Creo que es motivo de demanda", declaró al diario local "Austin American-Statesman" Jen Smyers, director del programa de refugiados de Church World Service, una de las agencias que reubica a los llegados de Siria.

El programa de acogida de refugiados en Estados Unidos está financiado únicamente por el Gobierno federal y el papel de los estados se reduce a seleccionar organizaciones locales para distribuir los recursos.

También es competencia única del Ejecutivo, en concreto del Departamento de Estado, la admisión de refugiados, por lo que aún son inciertas las consecuencias del anuncio hecho el lunes por Texas.

"Si el Estado Islámico quería que sus ataques en París provocasen que Estados Unidos y sus aliados entraran en pánico, algunos gobernadores están ayudando a cumplir con su deseo", dijo hoy en una conferencia telefónica Linda Hartke, presidenta del Lutheran Immigration and Refugee Service.

Según Hartke, cerrar las puertas a los refugiados equivale a "firmar una condena a muerte" para decenas de miles de personas.

Aunque se desconoce el número de sirios que Texas tenía que acoger, este estado sureño ha albergado a cerca de un 10 % de los 70,000 refugiados que Estados Unidos admite anualmente.