¿Cumplirá o no su promesa?

Con mucho bombo y platillo y con extrema seguridad, el pasado 9 de octubre el alcalde de Yauco, Abel Nazario, prometió por escrito ante las cámaras del programa Rubén & Co. (Univisión) que renunciaría a su cargo si el gobernador Luis Fortuño no revalidaba en las elecciones generales del martes.

El día de la contienda llegó, Fortuño perdió y, ¿qué pasó? Pues... no se sabe si al alcalde reelecto lo atacó el frío olímpico, pero su promesa escrita –la cual incluso había solicitado que fuera firmada por un notario– parece esfumarse.

Ayer en la mañana, Nazario fue confrontando por varios medios de comunicación sobre el asunto y, de primera intención, dijo en NotiUno que cumpliría el trato porque él dizque no vive de la política, por lo que renunciaría el próximo 30 de junio (cuando culmina el año fiscal 2012-2013). Primera Hora trató reiteradamente de contactar al alcalde, pero este no contestó ninguna de las llamadas.

“Yo no tengo que vivir de la política como otros políticos de carrera. Me siento orgulloso de mi pueblo que me respaldó”, expresó en radio sin afirmar si su plan inmediato sería montar un carrito de hot dog, como había dicho públicamente.

Se echa para atrás

Pocas horas después de llenarse la boca hablando de su promesa de hombre, el alcalde dio un reversazo a sus declaraciones y dijo “no way”. Renuncia, ¿qué renuncia?

Resulta que Nazario dijo haber reflexionado sobre el asunto y se retractó, pues lo considera “injusto” para el pueblo que lo reeligió.

“Hice promesa en programa de Rubén, pero el pueblo me ha dado un mandato contundente... Sería injusto que por un capricho personal el pueblo se quedara sin mi servicio. Así que me quedaré, aunque sea arrastrando los pies”, expresó a Las noticias (Univisión).

Al cuestionarle sobre su falta de palabra, este agregó que “tal vez con ustedes (los medios de comunicación) no, pero con mi pueblo sí”.

Cabe señalar que, al saber lo sucedido, el gobernador Luis Fortuño le solicitó a Nazario que “por favor” no abandonara sus funciones como mandatario municipal pues hacían falta “más alcaldes como tú”.

Mientras, a juzgar por una encuesta informal realizada por Primera Hora en Yauco, a sus compueblanos no les iba a caer nada bien que renunciara.

Casi todos los encuestados le pidieron al alcalde pensar sobre su decisión y opinaron que debía quedar en su silla y cumplir con su gente.

Otros pocos manifestaron que respetarían su decisión, aunque lamentarían su partida. Uno que otro pusieron en dudas sus palabras y las catalogaron como “estrategia política”.

Lo que es probable es que, en una próxima ocasión, Nazario lo pensará dos veces antes de zumbarse de pecho a hacer promesas apasionadas... ¿Sí o no, alcalde?