En momentos en que se hace efectiva su dimisión, el secretario de Justicia saliente, Luis Sánchez Betances, expresó su optimismo y dijo estar convencido de que el asesinato del niño Lorenzo González Cacho será esclarecido, tras los avances en la investigación.

El asesinato del pequeño, ocurrido en marzo de 2010, es uno de los casos más sonados que se quedan en proceso, y de los que el renunciante titular de Justicia confía que finalmente se sabrá la verdad, por estar en una etapa adelantada.

“Me satisface mucho que los esfuerzos que inicié y se implantaron con la ayuda del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) nos han ayudado a adelantar la investigación. Hoy estoy más convencido que ayer que ese caso (el de Lorenzo) se va a esclarecer”, dijo Sánchez Betances a Primera Hora en una entrevista telefónica desde Florida, donde esperará el Año Nuevo con su familia.

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El letrado hizo alusión a los análisis técnicos y periciales realizados por la agencia federal, que aportan evidencia que no se tenía.

“Sí, hay expectativas de esclarecerlo y de poder llevar a la justicia a quien sea responsable por ello. Está en una etapa adelantada. Mucho más que antes. Estamos bien orientados”, dijo.

Una investigación que Sánchez Betances reactivó fue la del asesinato de Carlos Muñiz Varela, ocurrido en 1979.

En la actualidad, se le está solicitando al Gobierno federal que desclasifique unos documentos confidenciales que tienen tachaduras, para identificar a los responsables.

“Está encaminado. Hay una fiscal designada y un ayudante especial mío en eso. Espero que se continúe bajo el nuevo secretario, que espero sea una buena selección”, apuntó.

Le da tristeza su partida

A Sánchez Betances le resulta dolorosa su salida de la agencia, que se produce a consecuencia del incidente en el que,, según él, fue a “apoyar a su amigo del alma” y ex socio, el abogado Jaime Sifre, detenido por conducir bajo los efectos del alcohol.

Su presencia en el cuartel de la Policía fue señalada como una intervención indebida, conflictiva con su cargo de secretario de Justicia. Otros lo han descrito como “imprudente”.

El funcionario saliente declinó comentar lo sucedido esa noche “por haber unas investigaciones en proceso, las que debe respetar”.

“En el momento oportuno el pueblo conocerá mi versión y es muy distinto a lo que me han adjudicado”, dijo.

¿Duele irse?

Tengo sentimientos encontrados. Por un lado me siento bien satisfecho de lo que se ha logrado junto a mis compañeros de trabajo. Por otro lado, me siento triste y adolorido porque no pude hacer más por el pueblo de Puerto Rico. Me parece que llegado el momento en que pueda hablar sobre el caso se van a dar cuenta que es muy distinto a como ha sido su diseminación, pero no puedo hacer más comentarios.

“Desde que ocurrió el evento, continuamente y de distintas áreas del quehacer puertorriqueño, las muestras de apoyo y solidaridad han sido innumerables. Eso me da alivio a la pena que siento, porque la gente reconoció el trabajo hecho”, agregó.

Sánchez Betances, cuya renuncia es efectiva el 31 de diciembre, sostuvo que en ningún momento actuó de manera antiética o ilegal.

Dijo que el apoyo de su familia, sus hijos y “los otros amigos del alma” ha sido sólido, porque saben que es incapaz de hacer lo que le adjudican.

“Me han relajado un poco, con esto de amigos del alma, pero me siento orgulloso que este tema se discute en Puerto Rico, porque una de las cosas que nutre al ser humano son las personas con las que te relaciones y tener amigos del alma es un tesoro para cualquier amigo y yo me vanaglorio de ese sentimiento, afecto y lealtad”, comentó.

Lo que sucede es que era el secretario de Justicia.

Eso sería así si yo hubiese ido a intervenir a favor. Yo puedo entender la suspicacia de que fuera un secretario de Justicia a un cuartel y que piense que pueda intervenir.

“Es absurdo que se piense que el secretario de Justicia haya ido a un cuartel a arreglar un ticket de tránsito. Fui a buscar el carro porque si lo ponen a soplar, él no puede guiar, si está más allá del límite legal. Pero todo fue legal. Todo fue conforme a los procedimientos comunes y ordinarios. Ahí no hubo excepción ni privilegios. Se le expidió el boleto por el uso del celular y se le citó para enfrentarse a la imputación de manejar en estado de embriaguez. Ahí no hubo trato distinto, ni diferente para nada”, acotó Sánchez Betances.

De su amigo comentó que llevan 30 años trabajando en su oficina legal, se criaron en el mismo barrio y estudiaron juntos.

“Los amigos del alma son los amigos del alma y hay que cultivarlos”, concluyó.