Alcaldes de ocho municipios del norte y del centro de Puerto Rico señalaron este martes que no esperan por que el gobierno central les dé la mano y algunos expresaron sentirse excluidos de la discusión sobre las políticas que se implementarán luego de la divulgación del llamado Informe Krueger.

Los primeros ejecutivos municipales, que coincidieron este martes en San Juan durante la presentación de una campaña turística para fomentar el desarrollo económico en sus pueblos, agregaron que han apostado al desarrollo de empresas municipales, al recorte de gastos y al asumir tareas que antes ejecutaba el gobierno central, entre otras iniciativas, para hacer frente a las políticas de austeridad que se definen desde el Capitolio y Fortaleza. 

Relacionadas

El alcalde de Adjuntas, Jaime Barlucea, aseguró que en los 11 años que lleva al frente de su pueblo se ha estado preparando para momentos como los que se viven actualmente. 

“Ayudas del Banco Gubernamental de Fomento no hay porque si no hay dinero, no tenemos esa ayuda, pero trabajamos contra nuestros propios recursos”, enunció Barlucea, quien mencionó el Castillo de los Niños como uno de los atractivos de su municipio que le generan ingreso para -en parte- pagar su nómina.

Adujo, además, que logra captar el 90% del Impuesto de Ventas y Uso (IVU) que le corresponde y que también le permitirá inaugurar próximamente una pista atlética con un parque de fútbol a un costo de $2 millones.

Por su parte, el alcalde de Utuado, Ernesto Irizarry, reconoció que su administración ha tenido que asumir responsabilidades que antes no tenía, como la rehabilitación de escuelas, el recogido de basura y el mantenimiento de carreteras estatales.

“Hay unas cosas que no podemos como municipio absorber, como el aumento del IVU, que eso afecta, pero es la realidad que estamos viviendo para poder mantener los empleados que tenemos en el gobierno”, señaló.

Los alcaldes de Jayuya y de Quebradillas, Jorge González Otero y Heriberto Vélez, respectivamente, coincidieron en la necesidad de hacerse cargo de servicios de mantenimiento, salud y turismo.

Mientras, Carlos Molina, al frente del municipio de Arecibo, dijo apostar por la reinvención y por “pensar fuera de la caja”. Por eso, recién inauguró dos restaurantes que son empresas municipales que ya le están dejando dividendos al pueblo.

“El turismo deja desarrollo económico, deja patentes, deja IVU, deja ingresos a los municipios, así que es un área que tenemos que explotarla más, pero también tenemos el área de la agricultura que tenemos que desarrollarla más”, comentó.

En la misma línea se expresó el alcalde de Lares, Roberto Pagán, quien confía en que la historia que se origina en su pueblo, así como otros atractivos culturales, le lleven cada vez más visitantes.

Sin embargo, tanto los ejecutivos de Arecibo y Lares, como el de Camuy, Edwin García Feliciano, los tres del Partido Nuevo Progresista (PNP), dijeron haber sido dejados al margen de las discusiones para atender la crisis económica. 

“Hemos sido excluidos por colores”, comentó Pagán.

“No hay un acercamiento del gobierno estatal. Cuando el gobernador habla de los municipios es porque quizás algo le conviene y no porque tenga una política pública definida”, acotó García Feliciano. 

“El gobernador que descubra que los alcaldes podríamos ayudar al gobierno estatal, que estamos para dar la mano, podría estar más de un término en Fortaleza”, agregó el primer ejecutivo de Camuy.