El principal ejecutivo de una de las mayores aseguradoras de deuda de Puerto Rico acusó hoy al Gobierno local de escudarse en el impago para evitar tener que tomar decisiones duras, porque, según dijo, la isla "tiene un problema de gasto público, no de liquidez".

"El impago es una gigantesca excusa para no tomar decisiones", dijo hoy Nader Tavakoli, consejero delegado de Ambac, en crítica de la "terrible" estrategia escogida por el Gobierno de Puerto Rico de declarar "impagable" su deuda de 72,000 millones de dólares y empezar a dejar de pagar algunos vencimientos para forzar a los acreedores a sentarse a negociar.

Lo más llamativo es que esta crítica la hizo en San Juan, ante cientos de inversores potenciales que habían sido convocados hoy precisamente por el Gobierno de Puerto Rico para tratar de convencerles de que la isla ofrece grandes oportunidades de inversión e interesantes incentivos fiscales.

Así, ante algunos de los más destacados responsables económicos del Gobierno de Puerto Rico, y tan sólo minutos después de que el gobernador Alejandro García Padilla hubiera abandonado el estrado de la cuarta edición del Puerto Rico Investment Summit, Tavakoli tomó la palabra para criticar con dureza las intenciones del Ejecutivo de renegociar la deuda.

"El acceso de Puerto Rico a la Ley federal de Quiebras -algo que La Fortaleza lleva meses reclamando insistentemente a EE.UU.- tendrá un efecto terrible en su capacidad de volver a los mercados y en su ciudadanía", advirtió Tavakoli, quien reiteró una y otra vez que la estrategia del Gobierno local, en la que está invirtiendo una gran cantidad de dinero, esfuerzo y recursos para hacer lobby en Washington, es un "error".

"Es una idea horrible para el pueblo de Puerto Rico", defendió Tavakoli, porque, además de la "absoluta pérdida de credibilidad", el Gobierno previsiblemente tendrá que gastar una gran cantidad de dinero en litigios judiciales derivados de las demandas que otros bonistas interpongan, tal y como ya ha hecho Ambac y otras aseguradoras.

En ese sentido, aseguró que "a Puerto Rico le va a resultar muy difícil recuperar la credibilidad", porque lo que quiere es aplicar la quiebra de manera retroactiva sobre obligaciones garantizadas por la Constitución local, que establece que su reembolso tiene prioridad sobre cualquier otro gasto público.

En su opinión, lo que tendría que hacer Puerto Rico, que lleva diez años en crisis y en los últimos meses asegura haberse quedado sin liquidez para pagar la deuda y mantener la prestación de los servicios públicos esenciales, es aceptar ser controlado por una junta exterior, tal y como quiere hacer Washington.

"Se ha hecho en decenas de ciudades (de EE.UU.) durante décadas, incluido Washington DC, y ahí están los resultados", dijo Tavakoli, que durante sus intervenciones se ganó el apoyo de gran parte del público, que incluso le aplaudió en alguna ocasión.

Recientemente Ambac y Assured Guaranty demandaron a numerosos altos cargos públicos de este Estado Libre Asociado a EE.UU. en relación a los impagos en los que ya ha incurrido desde que el pasado junio García Padilla dijo que la deuda se había vuelto "impagable".

"Me parece un poco surrealisata estar hablando de impagos en una cumbre para atraer inversión", resumió Tavakoli, quien considera que la isla saldría a flote si invirtiera en infraestructuras, "algo que dejó de hacer en los 90".

A su juicio, "la mera idea de no pagar la deuda va a destrozar cualquier opción de volver a los mercados. La bancarrota, no tienen ningún sentido", dijo el representante de un sector para el que "es complicado que te digan que no pueden pagar, pero que ni siquiera te dejen ver las cuentas" para estudiar qué está pasando.

En ese sentido, recordó que en el sector financiero cuando un cliente dice que no puede devolver un préstamo, se le pide que muestre sus cuentas para estudiar qué se puede mejorar, mientras que el Gobierno de la isla aún no ha difundido sus cuentas auditadas del ejercicio de 2014.

"Es difícil aceptar esto", dijo para justificar la demanda interpuesta por su compañía y pedir al Gobierno que "deje de hablar de quiebras e impagos y empiece a hablar de planes" para reactivar la economía y detener "el importante déficit en el que se lleva años incurriendo".