La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, no cancelará la realización de las Fiestas de la Calle San Sebastián, a pesar que –según dijo– ha recibido ese pedido tras los incidentes delictivos que se han suscitado.

“¿Que por qué no cancelo las fiestas? Porque los buenos somos más y no vamos a permitir que una o dos personas que vienen con intención, o que sin intención resultan en hechos que son lamentables, dominen lo que es la actividad cultural más grande de todo Puerto Rico”, aseveró la alcaldesa en un encuentro esta tarde con la prensa.

Recordó, además, que hace dos años intentó instaurar un sistema de cotejo –de personas y bultos– en varios puntos del Viejo San Juan, para abonar a la seguridad del evento, pero su propuesta no prosperó.

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“Una vecina del Viejo San Juan acudió a la corte y dijo que eso era una violación a sus derechos y que por esos puntos de cotejo no iba a poder disfrutar de las fiestas. Por lo tanto, no puedo hacer más de lo que actualmente hacemos”, explicó Cruz Soto sobre la decisión de la jueza superior Giselle Romero García, del Tribunal de San Juan, quien determinó que esta acción era inconstitucional e irrazonable.

La alcaldesa, en cambio, dijo contar con más de 300 cámaras de seguridad en el Viejo San Juan  y efectivos que refuerzan la protección de los asistentes al agasajo cultural. También reforzó la presencia policiaca en la estación del Tren Urbano de Sagrado Corazón, desde donde se transportarían personas hasta las 6:00 p.m., una hora antes de lo informado jueves y viernes. También habrán más efectivos en la misma calle San Sebastián y se contará con perros de la unidad K-9 para identificar explosivos y otras sustancias.

Carmen Yulín llamó la atención sobre la cantidad de menores “entre los 12 y 14 años” que asisten al evento sin supervisión de un adulto y tomando alcohol, “que no necesariamente lo compran aquí”.

Estas medidas se tomaron luego de que anoche dos personas fueran heridas en medio de una balacera. Afortunadamente, el incidente fue controlado rápidamente gracias, en gran medida, a la cooperación de la ciudadanía. El Viejo San Juan, dijo, fue desalojado en una hora y media cuando 50,000 personas estaban en sus calles.