¿¡Que ella dijo qué!?

Eso es lo que se tienen que estar preguntando miles de empleados públicos desde que ayer salió un reclamo de más sueldo de quien menos se hubiera esperado.

Un maestro o un policía, por ejemplo, se ganan unos $24,000 al año y con eso pagan la escuela de los nenes, la comida, la gasolina, el carro, el celular y, además de eso, se enfrentan con terror a cada factura de luz y agua, que amenaza con una nueva oleada de gastos. Y eso es sin contar a los miles de desempleados que no saben de dónde sacarán los chavos para costear hasta lo más básico.

Pues resulta que para la representante novoprogresista María Milagros Charbonier, la cosa tampoco es fácil. Y es que venir desde Cabo Rojo todos los días hasta el Capitolio, aparte de los gastos regulares que enfrenta el resto de los boricuas, también le destruye el presupuesto... aunque, en su caso, es de $73,000 al año. O sea, aunque su bolsillo se nutre con casi $50,000 más en comparación con el ciudadano de a pie, el asunto es que, simplemente, no le alcanza.

“¿Quién puede cobrar $1,700 quincenales ($3,400 mensuales) y venir desde Cabo Rojo todos los días hasta el Capitolio?”, cuestionó cándidamente Charbonier durante una entrevista radial en la mañana (Radio Isla 1320). “Al que tenga una vida normal, puede darle. Te estoy hablando de que si cobras $1,700 quincenales y le tienes que echar cuatro veces a la semana $70 y $80 de gasolina a un carro. Claro que no, porque tú tienes que pagar una casa, agua, luz, teléfono”.

Ay, qué dolor... sobre todo para la golpeada moral del trabajador boricua. La avalancha de reacciones no se hizo esperar y lo más suave que le dijeron es que renunciara si no le gustaban las circunstancias del trabajo para el que, por cierto, ella misma se postuló.

Pero la cosa no quedó allí. La también abogada, que lo menos que cobra como representante es $1,700 quincenales, lo que equivale a $3,400 mensuales, llamó “hipócritas” a los legisladores que han decidido donar sus dietas.

“¿Tú crees que es justo que yo renuncie (a la dieta) y hay empleados públicos que la están cobrando, si yo soy empleada pública también?”, declaró Charbonier a los periodistas en su oficina.

Mientras tanto, es probable que algún bolsillo se echara a llorar no solo de hambre, sino de rabia: y es que, con el sueldo que ya se ganan, nadie entiende cómo pueden cobrar un estipendio solo por ir al Capitolio a hacer el trabajo para el que fueron elegidos.

Charbonier propuso que se elimine el estipendio de transporte y que las dietas se calculen a base de las millas que tienen que recorrer desde sus residencias hasta la Casa de las Leyes. Para que tenga idea, los representantes que viven a menos de 31 millas del Capitolio reciben $150 por día de sesión en dietas, mientras que el cheque es de $162 para los que viven a mayor distancia, como en el caso de la abogada. Por otra parte, el estipendio de transporte es $1,360 mensuales para quienes viven a menos de 31 millas del Capitolio y de $1,460 para los que viven a mayor distancia.

“Eso es una hipocresía. Si yo se lo estoy donando a una entidad benéfica, pues bien. Pero, saben qué, ¿se lo van a donar todos los meses? ¿Se lo han preguntado?”, cuestionó. “Se lo dieron esta semana… Busquen de aquí a seis meses y le hacen la pregunta. Por eso no me gusta ser hipócrita. No me gusta hacer esto ahora y mañana no lo voy a hacer, para salir de las críticas. Busquen a los que querían salir del bollete y, en seis meses, te aseguro que si dieron uno o dos (cheques de dietas) es mucho”, dijo Charbonier.