Cuando el gobernador Ricardo Rosselló Nevares presente hoy su Plan Fiscal para los próximos años, los puertorriqueños por fin sabrán cuáles son sus prioridades, cuán profunda podría llegar a ser la herida a los sistemas de retiro y cómo podrían quedar reorganizadas las agencias de Gobierno.

Sin embargo, se trata de un mapa aspiracional sobre el cual la Junta de Supervisión Fiscal tiene la última palabra y para eso se necesita tiempo.

Por lo tanto, hoy comienza un nuevo periodo de espera, pero con un poco más de claridad en la sombra acerca de nuestro futuro, dijo Antonio Fernós Sagebien, catedrático asociado en economía y finanzas de la Universidad Interamericana, recinto metro.

“Lo que va a pasar mañana (hoy) es bien fácil, va a ser absolutamente nada. El gobernador hará público el documento, pero eso no significa que eso es lo que va pasar. La Junta tiene hasta el 15 de marzo para analizar de la misma forma que una persona cuando solicita un préstamo personal al banco, entrega todos los papeles y ellos le pasan todo al analista de crédito”, comparó el experto en entrevista con Primera Hora.

Según Fernós Sagebien la Junta tendrá entonces tres opciones: aceptar la propuesta del gobierno, rechazarla o hacer un híbrido en que deje algunas cosas como las visualiza el Ejecutivo, pero cambie otras áreas.

A su juicio, aunque no ha visto los números y propuestas del Gobierno, la tercera opción sería la ideal, porque de esa manera hay mayor posibilidad de que se logre un mejor balance entre todos los intereses.

Además, el pueblo no eligió a la Junta para que lo gobernara, por lo que rechazar del todo el plan fiscal del Gobierno e imponer otro sería “seguir violando la constitución”, opinó.

De todos modos, una vez la Junta decida lo que hará, los cambios no serían de inmediato, recordó el catedrático, ya que en esta etapa se pide un balance de gastos e ingresos para los próximos cinco años.

Lo que sí se debe mirar son las proyecciones que haga el gobierno sobre el crecimiento económico del país.

En el plan fiscal que entregó el entonces gobernador Alejandro García Padilla se establecía que que si las medidas de austeridad se implementaban según las sugerencias más duras de recortes en gastos, la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto era de negativo 16.4%. 

Por lo tanto, entraríamos en una contracción económica más severa con todos los problemas que eso implica.

El nuevo Plan Fiscal de la administración de Rosselló Nevares debe informar cuál es su proyección y eso también dará una idea de lo que nos espera a mediano y largo plazo, dijo Fernós Sagebien.

“No podemos perder de vista que la ley federal Promesa no fomenta el desarrollo económico. Es una ley de reestructuración de la deuda y busca fijar algún tipo de responsabilidad a la situación de crisis fiscal que la clase política del país de los últimos 20 años ha fracasado”, expresó el catedrático.

Según el experto, si el renglón de gastos en nómina se reduce en las proyecciones del Plan Fiscal, comparado con el gasto actual, sería previsible que después de todo sí haya despidos de empleados públicos.

El futuro de la Universidad de Puerto Rico también podría quedar delineado en ese documento. “Por un lado vamos a saber cuáles son las verdaderas prioridades de este gobierno y por el otro hay que recordar que se trata de una propuesta. Pero hay que estar bien pendientes, evaluar todo y seguir apostando a que podremos echar adelante el país”, dijo Fernós Sagebien.