En mayor o menor grado, los 11 edificios que componen el Distrito Capitolino sufrieron daño estructural y operacional a raíz del letal embate del huracán María hace dos semanas, y aunque todavía se desconoce por completo la magnitud de los estragos, las autoridades confían en que las instalaciones estén listas la semana próxima. 

Wilfredo Ramos García, director de la Superintendencia del Capitolio, indicó que, en el edificio histórico de la Casa de las Leyes, que data de la década de 1920, algunas estructuras en mármol resultaron averiadas, y al igual que en otras instalaciones, a medida que avanzan las labores de inspección, identifican mayor deterioro. 

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“Hubo muchos daños. Alrededor, ahora parece que no hubiera habido una tormenta, pero es que ha sido un trabajo (de restauración y limpieza) sin parar. El viento rompió los mármoles Ahora mismo, hay cosas que no se ven, pero cuando vas al detalle, están ahí”, indicó el funcionario a este medio.

“Estamos en el procedimiento de trabajar todas y cada una de las reclamaciones para poner el distrito en control. Todavía, hay muchos daños que no hemos descubierto. En la medida que vamos encendiendo, nos vamos enterando de cosas nuevas que hay en el camino, esos daños ocultos que no se ven”, abundó.

De inmediato, se desconoce el costo total de los daños, pero Ramos García estimó que la cifra es millonaria.

Entre las estructuras que se encuentran en peor estado, mencionó el edificio Luis A. Ferré y el Baltasar Corrada del Río, localizados en el lado sur del edificio principal del Capitolio. 

Ayer, miércoles, la representante del Partido Nuevo Progresista (PNP) María Milagros Charbonier, cuya oficina se ubica en el edificio Luis A. Ferré, comentó que dedicó los primeros días de la emergencia a limpiar su despacho, pero desde entonces permanece inoperante a la espera de que se restablezca el servicio de energía eléctrica y agua potable. 

Este medio hizo un recorrido ayer por parte del Distrito Capitolino, y el edificio Luis A. Ferré lucía completamente clausurado, y solo se estaba utilizando el área del estacionamiento bajo techo.

El superintendente del Capitolio dijo igualmente que, además de los daños físicos en las edificaciones, los sistemas de comunicación y de acondicionadores de aire resultaron seriamente averiados.

“Los aires acondicionados, que eso está en la parte de arriba del edificio principal, muchos se dañaron severamente, y sin aire acondicionado, en ese edificio no se puede trabajar. Hemos tenido muchos daños desde el punto de vista de la tecnología y el equipo. Lo que estamos haciendo ahora es reparar la parte mecánica, los aires acondicionados, porque todo eso trae humedad y eso trae como consecuencia hongos”, explicó.

Entre las oficinas sin servicio eléctrico, figura la del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, que ayer se mantuvo cerrada, y en la entrada principal tenía un papel que notificaba que el personal había sido trasladado al edificio Baltasar Corrada del Río.

“La semana que viene, debo tener todo trabajando en gran parte”, sostuvo el director de la superintendencia del Capitolio.