Llegaba a su fin el mes de enero y una mañana el doctor José A. Vargas Vidot se dirigió al Paseo de Diego con uno de los voluntarios que lo acompaña en las rondas nocturnas por hospitalillos y puentes, donde transcurren las largas noches de las personas sin techo.

“Dos deambulantes llegaron enseguida y cuando empiezan a notar que yo estaba buscando endosos para una candidatura al Senado, uno me dice: ‘Vargas Vidot, si yo te debo a ti la vida’… Lloré y me tuve que sentar en uno de los asientitos del medio. ¡Dios mío, yo soy un hombre bendecido! Ya yo gané las elecciones aquí”, relató Vargas Vidot.

“Esa persona buscó al otro y el otro a otro. En total se sumaron 35 personas sin hogar que estuvieron promoviendo y siguen promoviendo mi candidatura. Esas personas en un solo día buscaron su tarjeta electoral y se equiparon para poder servir como funcionarios electorales”, contó al detallar cómo en un día su candidatura se volvió viral.

Esa mañana, Iván Figueroa, un amigo farmacéutico del grupo de voluntarios en Iniciativa Comunitaria, lo acompañó a comenzar el recogido de firmas para solicitar formalmente la candidatura sin vínculo a partidos políticos y comenzaron a ocurrir eventos interesantes.

“Iván me dice: ‘Chaco, vámonos para Río Piedras, vamos a empezar por ahí’”, explicó. Poco después, se pararon en una esquina en el Paseo de Diego, sin ningún tipo de propaganda. De pronto, unas señoras se acercaron,  lo abrazaron y se tomaron “selfies”. En minutos se acercó más gente, un grupo religiosos oró y hasta niños se congregaron y le aplaudieron al escucharlo.

Narró que el dueño de una tienda de artículos usados lo llamó y le regaló un megáfono.  “Me dijo, doctor aquí yo tengo este megáfono que lo iba a vender, pero quiero regalárselo a usted”, recordó Vargas Vidot.

Eventualmente se dirigió con Iván a uno de los puestos de los vendedores ambulantes para comprar unas gorras. El dueño del puesto lo reconoció  y de inmediato le recomendó una tienda cercana en la que hacen bordados en gorras y camisetas.

“Llego al sitio y el hombre me dice: ‘¿Usted es Vargas Vidot?’. Le digo que sí, que estaba trabajando con los endosos. Enseguida me dijo: ‘Aquí todos lo vamos a endosar’”, narró entusiasmado.

“Le digo que necesitaba que me imprimiera unas gorras y me dice, ‘claro que sí, pero las gorras que yo vendo aquí son caras’”, comentó al precisar que el comerciante lo refirió a los vendedores ambulantes en la misma zona, pero le dijo que regresara, para hacerle el trabajo de bordados.

Luego de comprar 10 gorras, ocho blancas y dos negras, regresó al establecimiento para que las bordaran. Ya  a eso de la 1:30 de la tarde, al retornar para recoger las piezas, el dueño del local le dijo: “son suyas, no tiene que pagar nada porque usted le ha dado tanto a este País que me sentiría mal cobrándole. Esta no es una donación a su campaña, es una forma de yo decirle gracias a usted”, mencionó con emoción.

Explicó que luciendo las gorras bordadas, volvió a detenerse al lado de un poste, en una confluencia de la calle De Diego, próxima a la Universidad de Puerto Rico.  “Allí enseguida se formó una fila de gente”, narró para agregar que subió fotos a Facebook y en instantes empezaron a escribirle personas de distintos lugares preguntando cómo podían colaborar y ser voluntarios.

“En dos o tres horas logramos más de 65 endosos”, sostuvo el aspirante a legislador, quien no se visualiza como una alternativa del llamado voto castigo, sino como una versión nueva de gente que busca un voto positivo.

“Filosóficamente yo soy un anarquista y eso yo le dicho abiertamente. La gente cree que anarquismo es algo caótico, pero es una filosofía muy sensible. Los anarquistas creemos en el amor a la naturaleza, pero creemos que los gobiernos no deben estar centralizados en los hombros de una persona sino que todos de alguna forma participemos y asumimos la responsabilidad”, afirmó.

Dijo que las personas que apoyen su candidatura van a estar haciendo no una inversión política, sino “una inversión de corazón” y que para él será un privilegio estar en la Legislatura “sin estar amarrado a un caucus y sin tener que responder a los lineamientos particulares de un partido, cuya plataforma se convierte en la guía operacional del país y se ignora todo lo demás”.