El “aumento exponencial” en los estudiantes bajo el Programa de Educación Especial (EE) responde en gran medida a que muchos de ellos, en principio, no deberían estar matriculados en esa corriente educativa, sino recibiendo servicios para atender sus discapacidades particulares, admitió hoy el secretario asociado de Educación Especial (SAEE), Carlos Rodríguez Beltrán.

“Un nene puede tener una condición, estar en una silla de ruedas y necesitar sus terapias físicas, pero es un niño de 4 puntos. En Puerto Rico, esos nenes los estamos cobijando bajo el programa de Educación Especial”, explicó a su vez Irving Feliciano, director de sistemas de información de la SAEE, durante el segundo día de vistas públicas en las que tres comisiones camerales investigan el sistema que atiende a 160,521 estudiantes, según la cifra más reciente del Departamento de Educación (DE).

En muchas jurisdicciones de Estados Unidos, en cambio, no es así. Tanto Feliciano como Rodríguez explicaron que los alumnos con discapacidades – sean físicas, mentales o del desarrollo – y buen desempeño académico también reciben los servicios que necesitan, pero al amparo de la Sección 504 de la Ley Federal de Educación para Personas con Discapacidades (en inglés, IDEA), no por Educación Especial.

De ahí se deriva una de las razones por las que en Puerto Rico, donde no se ha implementado la Sección 504 a cabalidad, la matrícula de la corriente especial alcanza de 35% a 40% del total de escolares, mientras que en otras jurisdicciones federales no pasa de 11%, aceptó el secretario asociado a preguntas de la presidenta de la Comisión de Bienestar Social, Luisa ‘Piti’ Gándara.

“Ciertamente gran parte de la población debería ser elegible para la sección 504”, afirmó Rodríguez Beltrán, quien se comprometió con Gándara y su homóloga en la Comisión de Educación, Brenda López de Arrarás, a indagar cuántos estudiantes activos en EE caerían en esa categoría.

 “A mí no me gustaría que mi hijo estuviera en educación especial si tiene una condición, pero es funcional, saca buenas notas y no le está afectando en su aprendizaje”, comentó Gándara.

 Sin embargo, el temor de los padres que su hijo o hija desmejore académicamente es una de las principales razones para que objeten que el menor sea retornado a la corriente regular, aseguró Rodríguez Beltrán.

El funcionario agregó que, tras analizar los datos disponibles, la matrícula de EE también se ha disparado por la proliferación de diagnósticos desacertados, intolerancia a los ritmos individuales de aprendizaje y la falta de tramitar egresos de los alumnos que han demostrado progreso académico significativo.

 Rodríguez Beltrán criticó además el hecho de que las corporaciones que evalúan a los menores “son las mismas que ofrecen los servicios relacionados a nuestros estudiantes”, lo que supone un dilema ético evidente, según observo López de Arrarás.

Para remediar esta situación, adelantó que en enero espera implementar un plan piloto para contratar servicios de evaluación por separado, a fin de mantener la agilidad de la evaluación que se requiere por ley, sin que los proveedores de servicio entren en ese conflicto de intereses.

De la vista pública para atender la Resolución de la Cámara 1065, Rodríguez Beltrán salió con la mochila repleta de tareas que deberá entregar en un plazo de 15 días.

Además la asignación de determinar cuántos escolares serían elegibles bajo la Sección 504, las legisladoras le encomendaron someter los informes mensuales que el Departamento de Salud (DS) comparte cada mes sobre los menores con problemas de desarrollo o discapacidades que están a punto de cumplir 3 años de edad y entonces pasan a la jurisdicción del DE. Desde el nacimiento hasta esa edad, ese grupo de menores está al amparo de un programa de la ley federal de educación, conocido como “Avanzando juntos”.

También se le requirió someter datos de cuántos estudiantes y de qué grado son dados de alta de EE tras haber superado rezagos o problemas específicos, para medir la eficacia de los servicios no sólo del DE sino también de sus proveedores de servicio.