El proyecto de ley que busca despenalizar la posesión de hasta una onza de marihuana será enmendado para sustituir las penas de cárcel por un sistema de multas y convertir el delito en uno menos grave, dijo hoy el senador y autor de la medida, Miguel Pereira Castillo.

 Aunque la posesión seguiría siendo ilegal, Pereira explicó que, bajo la nueva propuesta, si la Policía detiene a una persona de más de 21 años con menos de una onza de marihuana, la infracción al artículo 404 de la Ley de Sustancias Controladas, no conllevaría cárcel.

Además, dijo que por ser un delito menos grave, la infracción no figuraría en el récord criminal de la persona.

Pereira sostuvo que las enmiendas recogen las sugerencias del administrador de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), Salvador Santiago.

Según explicó, las multas comenzarían en $100.00 y seguirían después en $150.00 hasta llegar sucesivamente a $500.00.

 “Como padre de la criatura a uno le gustaría verla desarrollar como nació, pero esto (las enmiendas) hacen posible que haya algún progreso y es mejor tener un progreso que ninguno”, sostuvo el senador en entrevista con periodistas luego de finalizar hoy las vistas públicas sobre el proyecto de ley (P. del S. 517).

Pereira dijo que la medida cuenta con los votos en la Comisión de lo Jurídico, Seguridad y Veteranos “y espero que en el Senado también”.

El término para la aprobación de medidas en la presente segunda sesión ordinaria de la Legislatura vence este jueves, 14 de noviembre. “Creo que hay tiempo para presentarlo en esta, sino será en los primeros días de la otra”, afirmó.

La recién encuesta del El Nuevo Día mostró un amplio rechazo de la población al proyecto de ley, pero el legislador le atribuyó los resultados al “miedo al cambio”.

“Los líderes tenemos que llevar al país a donde tiene que estar, aunque no le guste el camino. El miedo al cambio es bien amplio. A todos nosotros nos criaron con miedos, miedo a la otra cosa. A uno le decían ‘no te metas al agua profunda, no subas al monte que te vas a caer’. El miedo al cambio es una fuerza tremenda y si a eso se le suma el desconocimiento”, dijo Pereira.

En la vista pública, la medida fue rechazada por Hilario García de la Fraternidad Pentecostal de Puerto Rico (Frappe) y por el líder religioso, César Vázquez Muñiz.

García opinó que el proyecto “como está redactado abre las puertas a que comercialice el uso de la marihuana en Puerto Rico”.

 Vázquez dijo por su parte, en una ponencia escrita, que el proyecto no ofrece alternativas de rehabilitación ni de educación a los jóvenes sobre “los riesgos” del consumo de marihuana.

El profesor y sociólogo, Gazir Sued y Amado Martínez Lebrón, quien se definió como “un tipo común”, apoyaron la medida.

“Debemos superar las tentaciones demagógicas de los promotores y beneficiarios de la prohibición. No hacen falta más estudios que a la postre terminarán drenando al erario público y repitiendo lo que ya todos sabemos: que la política prohibicionista ha fracasado”, dijo Sued.

Si el proyecto no tuviera los votos, el sociólogo recomendó varias enmiendas, entre ellas, una amnistía o moratoria mínima de 10 años en la que se despenalice el uso de la marihuana y se reconozca el poder discrecional a la autoridad de médica de prescribir marihuana con fines clínicos.

El Comité de Amigos y Familiares de Confinados, que estuvo representado por la trabajadora social, Lesbia Betancourt, favorecieron la iniciativa legislativa, pero recomendó que sea enmendada para que se incorpore un reglamento al poner en vigor la medida.

 “Tenemos que hablar de balance cuando hablamos de penalización. En Holanda han vaciado las cárceles, pero los hospitales psiquiátricos se están llenando poco a poco”, indico Betancourt.