Atención, atención: si usted es dueño de un león, una jirafa o un hipopótamo que lleva años en aire acondicionado en la avenida John F. Kennedy, deberá pasar a recogerlo.

La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, indicó ayer que cerrará el Museo de Vida Silvestre y que los dos dueños de los animales disecados que protagonizan la colección de esta dependencia recibirán próximamente cartas de la administración municipal exhortándoles a recogerlos.

La alcaldesa no identificó a los dos coleccionistas porque todavía no han salido las cartas, al aclarar que no hay un contrato entre estas personas y el Municipio.

¿Y si el coleccionista no quiere recoger sus animales?, se le preguntó. “Eso no es una opción”, respondió.

Asimismo, Cruz Soto dijo que buscan identificar una persona que los ayude a vender cuatro esculturas de animales de unos 14 pies de alto. La más conocida de ellas es el elefante que está a las afueras del museo, pero hay otras tres que están guardadas en un almacén, un oso por el que se pagó $100,000 y dos antílopes por los que se pagaron $140,000 cada uno, para $380,000 en piezas guardadas porque no había espacio en la exhibición. También hay una nevera llena de animalitos disecados que en la actualidad no están en exhibición.

“Es más de medio millón de dólares”, dijo la alcaldesa a Primera Hora.

El museo será cerrado por sus enormes pérdidas económicas. La operación del museo, que requiere mantener en buen estado los animales disecados en su interior, cuesta $600,000 anuales, mientras que los ingresos que genera la instalación -con taquillas de adultos a $10 y $7 los menores- apenas llega a unos $200,000, indicó la alcaldesa. 

“El Municipio a través de los años sí ha tenido un beneficio económico, pero no son beneficios que sean rentables”, aseguró Cruz Soto.

La alcaldesa dijo no saber qué pasará con los animales una vez sean recogidos por los dos coleccionistas. “Dónde los van a mantener ahora… yo no sé”, sostuvo.

Los nueve empleados que actualmente laboran en el museo serían reubicados en otras dependencias del Municipio.

El museo fue inaugurado por el anterior alcalde de San Juan, Jorge Santini, en el 2010, quien usó el lugar para actividades para el público regular y galas para recibir dignatarios. Además, posó en una polémica postal de navidad con su familia donde destacaba una escena de un animal comiéndose a otro. El primer año recibió más de 100,000 visitas, según reseñas de la época.

Mediante comunicado de prensa, el exalcalde Santini deploró el cierre del museo, y dijo que al igual que la decisión de vender otras estructuras del municipio evidencian, según él, que “la alcaldesa no puede con San Juan”.

“Hoy se supo que la alcaldesa venderá también el Museo de Vida Silvestre, un proyecto que se pagaba solo y que desde que asumió el poder ha querido destruir. El colmo sería que también quiera vender el Hiram Bithorn. La Casa Cuna no la ha cerrado porque sabe que el gobierno federal no le permite hacer cambios al proyecto, si no lo hubiera cambiado”, dijo Santini.

¿Qué diría a los que digan que lo está cerrando porque es una obra emblemática de Santini?, se le preguntó a la alcaldesa.

“Esos son mentes pequeñas”, dijo Cruz Soto.

Lo nuevo

El cierre del Museo de Vida Silvestre se planifica para agosto próximo, pero la alcaldesa asegura que la estructura -que costó $22 millones- será usada para otro museo que se proyecta abrir a fines del 2018.

El nuevo proyecto del municipio es abrir un Museo de la Cultura Pop, enfocado en televisión, radio, cine y los diversos géneros musicales de Puerto Rico -desde el reguetón y la salsa hasta la plena- esto para capitalizar en el único sector económico en crecimiento, el turismo, afirmó.

“Hay gente que no sabe que Raúl Juliá es de Puerto Rico, que Rita Moreno es de Puerto Rico”, comentó la alcaldesa. “Muchos de los que visitan Puerto Rico nos conocen por la música. Y unos buscan donde pueden ir a conseguir discos de salsa, a ver algo de Ricky Martin, de Tego Calderón… sería un lugar donde puede haber espacios dedicados a figuras como Tavín Pumarejo, Cultura Profética y Residente. Sería una sede para capitalizar ese crecimiento de 1.5 millones de visitantes que entran por el puerto de San Juan en cruceros”, sostuvo.

“Es parte de una estrategia de desarrollo económico para atraer visitantes y ‘jumpear’ la economía, activar la economía”, recalcó la alcaldesa. “La apuesta que ha dado resultados ya en nuestros polos económicos es que sea un atractivo para atraer más turistas”, agregó.

El nuevo proyecto todavía está en etapa de conceptualización, pero a la alcaldesa le interesa que esté enfocado en tecnología, lo que a la larga -según ella- abarataría los costos. Cuestionado si se usarían estatuas, como en el Museo de los Gigantes de Carolina o el Museo del Deporte de Guaynabo, la alcaldesa dijo que ese no es el modelo que se baraja en la actualidad, sino hologramas.

Además, habría experiencias interactivas, como sería que una persona pueda grabarse cantando con su artista favorito, o pedirle a una figura como Benicio del Toro que grabe un vídeo y que la persona pueda interactuar con ese vídeo.

La inversión para transformar el actual Museo de Vida Silvestre en un Museo de la Cultura Pop costará unos $3 millones. La alcaldesa espera que ese dinero provenga de la venta de unas dos docenas de estructuras abandonadas del municipio, como la antigua sede del Departamento de Salud, la sede de la empresa Ramallo en Cupey y un centro comunal en Ponce, que es propiedad de San Juan. 

La alcaldesa cree que se pueden levantar unos $10 a $15 millones en estas ventas, para las que saldrá en las próximas semanas la primera solicitud de propuestas. “La cantidad de personas que se nos han acercado interesados en estas propiedades ha sido extraordinaria. Este dinero se usaría en servicios y en obra permanente”, afirmó.

Cruz Soto no pudo precisar si el gasto del nuevo museo sería menor a los $600,000 anuales que cuesta actualmente el de Vida Silvestre, pero “la idea es que al ser un tema de mayor interés, el ingreso sea mayor”.