"Luz al final del túnel"

Así catalogaron líderes comunitarios la noticia de que 2,039 de acres fueron traspasados de la antigua base naval Roosevelt Roads al Gobierno de Puerto Rico.

El pastor Samuel Caraballo López, presidente de la Alianza Por Desarrollo Económico de Ceiba (Aprodec) fue uno de las decenas de vecinos del sector que presenciaron el anuncio por parte de representantes de la Marina y el gobernador Alejandro García Padilla.

El activista destacó que el traspaso al Gobierno representa un éxito de la comunidad en su insistencia de casi una década para que los terrenos no fueran vendidos a desarrolladores privados, sino que fueran a manos de los puertorriqueños para permitir una mayor participación del pueblo.

"Es un anuncio que llevábamos nueve años esperando, con una lucha constante", expresó Caraballo López.

Relató que fue por presión de los grupos comunitarios que la pasada administración decidió entrar a negociar para adquirir los terrenos, luego de tres fallidas subastas para compradores privados.

"Nosotros estábamos insistiendo que las pasaran al pueblo de Puerto Rico, pero el Navy no quería y el gobierno nunca las reclamó", manifestó el presidente de Aprodec. "No fue iniciativa del gobierno. Por eso, el gobernador (Alejandro García Padilla) es cuidadoso y dice que es un logro de la comunidad. El gobernador sabe que fue una lucha comunitaria, porque los pasados tres gobernadores no creyeron en que pasaran al pueblo de Puerto Rico", explicó.

Precisó que al fallar la subasta del 16 de marzo de 2012, Aprodec fue quien convenció a Thuane Fielding, funcionaria de la Marina, a negociar el precio de los terrenos, que terminó siendo en $12 millones por los 2,039 acres de las parcelas 1 y 2.

Reclaman participación

Ahora sólo espera que la actual administración cumpla su palabra de que darles mayor participación en los proyectos que se van a realizar.

 "En nueve años he aprendido a creer con cautela. Esa es la forma de decirlo, porque sabemos que los políticos cambian como las olas del mar, pero parece, como empezó, que algo bueno va a pasar. Eso esperamos, aunque vamos a seguir la lucha para que nos den el espacio", sostuvo Caraballo López.

Por el momento, el líder comunitario piensa que se le ha dado más atención a la propuesta de Aprodec, para utilizar algunas de las 750 viviendas que existen para convertirlas en villas de un complejo turístico denominado Heliópolis.

 El concepto consiste de seis fases, en las que se colocarán paneles fotovoltáicos en los techos de las casas para que operen con energía solar. Estimó que se necesitan $7 millones para comenzar y al final generaría 5,000 empleos "de calidad y bien pagados" para vecinos de la antigua base.

"El desempleo en esta región pasa del 22%", comentó el pastor, al recordar que en el último censo de 2010 se reflejó que Ceiba perdió el 24% de su población, la mayor reducción en relación con los demás municipios de Puerto Rico.

"Esta es la ruta del hambre. Esta área se ha empobrecido. Si logramos producir empleos permanentes, de calidad, que paguen adecuadamente, vamos a empezar a desarrollar esta región", añadió. "En todo lo que era la base, hay 2,500 cuerdas de terreno con edificios e instalaciones. Nuestra propuesta es rehusarla en vez de construir nuevas. La mayoría está en buen estado. Sólo necesita mantenimiento", sostuvo.

La antigua base naval, construida en 1943, ocupó 8,650 acres de tierra entre Ceiba y Naguabo. Desde que cesaron operaciones militares en 2004, se han traspasado tierras a agencias federales, la Reserva del Ejército de los Estados Unidos y el Gobierno de Puerto Rico, incluyendo 3,340 acres para conservación ambiental.

Para desarrollo económico el gobierno adquirió el año pasado 1,370 acres y los 2,039 acres anunciados esta semana.