La Federación de Maestros le reclamó hoy, viernes, al gobernador electo, Alejandro García Padilla, que explique cuál es su política pública en torno a asuntos importantes sobre el magisterio y el Departamento de Educación.

Sobre todo, la presidenta de la organización, María Lara, exigió que se exprese sobre las escuelas charter, la privatización escolar, así como las condiciones salariales y de trabajo del magisterio.

 “Durante la campaña electoral el gobernador electo expresó que una de las prioridades de su agenda de gobierno será el fortalecimiento de la educación pública. Dijo, además, que establecería una política de consenso con las organizaciones magisteriales, incluyendo a la Federación de Maestros. Sin embargo, el magisterio desconoce todavía cuál será la política pública y las medidas concretas que pondrá en práctica”, sostuvo Lara.

La exigencia la hace porque alega que la entrante administración de García Padilla no explicó durante la campaña política cómo pretenden fortalecer la educación en el país. Pero, ante todo, por los alegados efectos adversos que ha tenido la Federación con la administración del saliente gobernador Luis Fortuño.

Entre los puntos que destacó Lara fue “la política represiva de la administración anterior contra la Federación de Maestros, particularmente respecto a las destituciones y cancelación de los certificados de por vida de 11 dirigentes de la FMPR, que desde hace dos años están impedidos de poder trabajar como maestros”.

 Además, exigió que se vuelva a restituir el descuento automático de cuotas a los miembros del grupo.

Para conocer su agenda educativa, la presidente de la Federación solicitó una reunión con el gobernador electo.

 En el encuentro, también buscan aclararle a García Padilla que no es cierto que hayan tantas escuelas fracasadas, como aludía durante la campaña.

 “Esas escuelas están en esa definición de mejoramiento a base de los resultados de las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA), que son pruebas fraudulentas, pues no miden aprovechamiento, no están diseñadas para la realidad pedagógica de nuestros alumnos y los estudiantes las contestan a lo loco, incluso mucho antes de que los maestros terminen de dar las instrucciones. Por tanto, lo único que miden es la rapidez para llenar bolitas”, afirmó.