Él no lo sabe, pero la manera en que escribe su nombre lo delata. El estilo, tamaño y hasta cómo termina la firma revela características de su personalidad, cómo se percibe y cómo quiere que lo vean los demás.

De eso está segura Veroshk, tarotista y estudiosa de la numerología que analizó la firma de Alejandro García Padilla cuando era candidato a la Gobernación. “La firma es como nuestra huella digital, nuestro tatuaje hacia el universo”, indicó la estudiante doctoral, quien también hizo un perfil del ahora recién electo gobernador de acuerdo con el número final que resultó de la suma de las letras legibles de la firma.

La firma de García Padilla no es ni muy grande ni muy pequeña, lo que quiere decir “que no es una persona tan ambiciosa” o, por lo menos, que está conforme con lo que ha logrado hasta ahora. “No quiere decir que no quiera lograr más, pero se siente cómodo”, analizó Veroshk.

“La primera parte, lo que se supone que diga Alejandro es bastante ilegible, eso nos dice que hay una parte de él que quiere que lo conozcamos y otra no”, señaló.

Como su firma es “apretadita”, eso implica que es una persona restrictiva consigo misma o que no aguanta las reglas. Ahora, como su escritura es uniforme, revela que “tiene buen control de impulso y piensa las cosas antes de acatarlas”.

Numerológicamente, García Padilla es un tres. “Es otro extremo dentro de la escala numerológica, pero en el lado de la espontaneidad. Esta persona es bien radiante. Siempre están con la visión positiva de ‘sí se puede hacer esto’. Es como decir que lo negativo es inaceptable para ellos, tanto en su trabajo como en su vida personal”, afirmó. “Tienen una envidiable capacidad de aceptar los acontecimientos tal y como son”.

La vivacidad de los número tres, como el presidente del Partido Popular, es su mejor atractivo. “Todo el mundo quiere estar con alguien que está todo el tiempo pensando positivo. Es como si uno está en contacto con estas personas, uno está en contacto con la vida misma”, observó.

Las personas de vibración tres, según Veroshk, “se venden”. “No tiene nada que ver con su aspiración a la Gobernación, es que los tres son así, sumamente sociables. Consiguen los mejores contactos, los mejores seguidores y las personas son superfieles a estas personas. No es una persona que se va a quedar en una oficina planificando, es de tirarse a la calle, ir a buscar a la gente”, abundó.

“El talón de Aquiles es que les falta voluntad y el compromiso para acatar metas porque son tan congraciantes que quieren estar bien con todo el mundo”, precisó. El atractivo de la simpatía, entonces, se les puede convertir en un problema. “Se muestran siempre cálidos, compasivos, bien queribles. Ante el dolor de los demás, son extremadamente compasivos y la tendencia es a ser generosos. El mundo material no les interesa tanto, son más idealistas”.

Aunque les gusta ser el centro de atención, los número tres no son de tratar de convencer a nadie de que los sigan. “Es chévere con todo el mundo y no va a pelear con esa persona que no lo sigue, va a mirar al otro que lo está escuchando. En eso, (Luis) Fortuño tiene una personalidad más fuerte, como es terco. Los dos son líderes, ambos con su estilo, pero son personas que van a arrastrar masas por razones distintas”, puntualizó.