La secretaria de Educación, Julia Keleher, juró que hace lo posible para que el sistema educativo del país se transforme, poniendo primero a los estudiantes.

Keleher participó ayer junto al secretario de la Vivienda, Fernando Gil Enseñat, en el residencial Jardines de Country Club de Río Piedras, en el primer conversatorio sobre la Reforma Educativa en los residenciales.

 Indicó ante un grupo de padres y algunos estudiantes que “lo que la reforma busca es asegurarnos que haya equidad y cómo se distribuyen los fondos... (de la agencia... y no gastar) 90 y pico % en nómina para que (los estudiantes) tengan un libro, una laptop”.

Reiteró que a cada estudiante le deben asignar $6,400 para su aprendizaje, incluyendo los maestros necesarios.

Keleher manifestó que los más que se quejan de los cambios son los maestros y mencionó que lo que se está viendo ahora en el sistema “son síntomas y el problema hay que atacarlo de raíz”.

La funcionaria aceptó que cuando se discuten procesos que implican cambios no se puede olvidar que “hay convenios, hay reglamentos... no puedes hacer un montón de cosas que me tiene las manos atadas en término del movimiento”. Usó de ejemplo el que se quiera llenar una vacante con algún maestro de otra escuela y los educadores se oponen.

“Es un proceso, pero le aseguro y le juro ante Dios que estoy haciendo todo lo posible para que eso se corrija”, sentenció.

Aclaró que “hay que respetar el derecho del trabajador, no tengo ningún problema con eso (con el convenio... (pero) creo que Educación tiene que poner los niños primero sin violar algunos derechos (que tiene el trabajador)”. 

Mientras, Keleher dijo que las escuelas “charter o escuelas alianzas buscan proveer otra manera de participar en el ambiente educativo”.

Indicó que ahora la maestra dice qué se hace, pero las charter, “permitirán otra manera de organizar el día... incluyendo que se den actividades donde los padres participen y hasta participar en cenas o eventos deportivos los fines de semana”.

En el encuentro algunos padres se quejaron por la ausencia de maestros y otros, como Homary Toledo, estaban preocupados porque despidieran educadores.

Quedó satisfecha porque la secretaria le dijo que eso no iba a suceder.