Aparte de las típicas quejas de facturas elevadas, el ambiente ayer en la oficina comercial de Río Piedras de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en Río Piedras era uno de total calma y complacencia entre los clientes.

Ello no era sinónimo -al menos no en todos los casos- de que los consumidores estuvieran ajenos de la lucha sindical de los trabajadores de la corporación, ni que no estuvieran de acuerdo con sus reclamos.

“Que defiendan lo de ellos, yo defiendo mis habichuelas, así que defiendan sus habichuelas. Y el que prometió y no cumplió, que cumpla ahora”, señaló Máximo López, residente de San Juan.

López visitó la oficina para pagar su factura mensual que en esta ocasión le llegó de $111.35, suma que considera muy alta debido a que en su casa viven sólo él y su esposa.

“Con el servicio no tengo queja. Yo siempre vengo aquí y la cosa es más o menos igual que cualquier otro día”, señaló el hombre.

“Claro (que es justa la acción de las uniones) porque hay que defenderse. Yo soy retirado del Gobierno y fui unionado”, comentó Luis Delgado de Río Piedras.

En la oficina comercial los clientes entraban a cuentagotas. La sala de espera contaba con apenas dos personas y ese había sido el flujo regular del día.

A esta oficina, así como a las otras tres que están en la zona metro, ayer se movilizaron un promedio de 15 gerenciales por unidad para realizar las labores de los unionados que estaban en un paro protestando en contra de la Ley de Sostenibilidad Fiscal y Operacional del Gobierno.

Eliseo Rivera, de 90 años, era uno de los que estaban en la sala de espera mientras le hacían una investigación debido a una elevada factura que recibió el mes pasado.

Para él la manifestación de ayer no tenía razón de ser.

“Yo te digo la verdad. Yo no sé por qué hay que llegar a protestar si dialogando se llega lejos, pero la realidad es que no hay chavos, la economía está mala”, planteó el hombre.

Lourdes Traverso tampoco estaba muy contenta con la determinación de los trabajadores de tirarse a la calle. No sólo tenía que ir a la AAA sino que también se quedó a pie ayer a causa del paro de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA).

“Aquí todo está de lo más bien. Trabajan mucho mejor que cuando están todos”, dijo la clienta al señalar que no favorecía la acción de la unión.

El efecto en el flujo de clientes fue evidente. “Comparando con los días regulares sí hubo una merma pero no ha sido significativa”, dijo Dalmari Mirabal, director de Servicios al Cliente de la zona metro.

La determinación de la Corporación en el área metro fue distribuir a través de las cuatro oficinas regionales un total de 50 empleados gerenciales que estuvieron a cargo de realizar las labores de cobro y servicios, así como reconexiones.