El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, solicitó al Congreso de Estados Unidos que destine $600 millones a través de su Cuerpo de Ingenieros para el dragado del Caño Martín Peña, sector de San Juan que sufre problemas ambientales y de salud.

En un comunicado de prensa difundido hoy, el Ejecutivo indicó que la solicitud se suma a la asignación de $100 millones por parte del Gobierno local para la limpieza del caño, donde viven cerca de 26,000 personas, muchas de ellas en infraviviendas y afectadas por inundaciones.

García Padilla dijo que la limpieza del Caño Martín Peña, al igual que la retirada de munición en las islas municipios de Vieques y Culebra, son una prioridad del Ejecutivo local.

El Caño Martín Peña es un canal natural de una longitud de 3.75 millas que conecta la Bahía de San Juan con las lagunas Los Corozos y San José obstruido por la sedimentación.

Se trata de un área de la capital en la que se acumulan vertederos clandestinos a lo largo de un canal estancado y que se inunda con frecuencia, al que llegan residuos fecales y que no cuenta con apropiados sistemas de desagüe, lo que lo convierte en un hábitat perfecto para los mosquitos que propagan el chikungunya y el dengue.

La petición de García Padilla sigue al anuncio del secretario de la gobernación, Víctor Suárez, el pasado fin de semana, sobre una visita que hará una delegación de expertos ambientales de Puerto Rico a áreas recuperadas por parte de la Marina de EE.UU. para examinar nueva tecnología y estrategias de limpieza que aceleren la recuperación de las playas de Vieques y Culebra.

Suárez explicó que desde el año 2004, fecha en que se comenzó el proceso formal de limpieza de las islas, ya se han retirado cerca de 28,000 piezas militares que incluyen municiones, bombas, artefactos y residuos de explosivos.

La Marina de Guerra de EE.UU. ocupó parte de las islas de Vieques y Culebra durante cerca de 40 años, hasta mayo de 2003, para utilizarlas como campo de tiro, además de alquilar esas zonas a otras naciones para que probaran su armamento.

Las cuatro décadas de explotación militar dejaron en la isla, de gran riqueza medioambiental, restos de municiones que permanecen en sus aguas.

Organizaciones locales denuncian que enfermedades como cáncer, diabetes, hipertensión y problemas respiratorios son mucho más habituales entre los habitante de Vieques que en otros lugares de Puerto Rico, lo que achacan a las prácticas militares, acusaciones que la Marina niega aduciendo falta de estudios objetivos.