Rodeada de perros de servicio, la senadora independentista María de Lourdes Santiago presentó este miércoles una legislación que busca proteger a las personas con diversidad funcional que necesitan de estos animales en su diario vivir.

El proyecto del Senado 746 no solo protegerá a los dueños de los perros, sino que también le dará seguridad a los animalitos del rechazo social, explicó la legisladora en una conferencia de prensa realizada en la Sala de Prensa del Senado.

Hasta la prohibición de entrada a las Casa de las Leyes, fue uno de los ejemplos presentados sobre las situaciones que enfrentan las personas con diversidad funcional para poder estar junto a su perro de servicio. Según contó Mildred Rolón, los ujieres de la Oficina de Sargento de Armas del Senado no le querían abrir la puerta para evitar que entrara con su perra Cindy, la cual le sirve de bastón.

 La doctora Amarilys de Jesús Ferrer, quien tiene un perro de la raza labradoodle de bastón, también enfrentó problemas para entrar al Capitolio. Pero admitió que una de las experiencias más drásticas le ocurrió en un banco que tiene puertas de seguridad.

 “Me trancaron la segunda puerta y desde allá me hacían señas de que no podía entrar (el perro). No me caí de milagros, porque yo no puedo estar mucho tiempo de pie. Yo les dije que por ley tenía que estar a mi lado. Yo les expliqué cuál es la ley e intentaron segregarme. Yo dije: ‘No, a mí me tienen que atender donde atienden al público en general’”, comentó.

 Entre las historias relatadas también mencionaron que han tenido que abandonar restaurantes por no permitirle a su perro, que les privan la entrada en supermercados o centros comerciales, no les permiten transitar en un taxi, así como que no los dejan participar de festividades y conciertos masivos.

“Cuando nos rechazan, por las razones que sean, mayormente son por majadería. Es recurrir al argumento de que este perro no entrar aquí, porque esto es una propiedad privada y yo soy quien determina quién entra aquí”, sostuvo José Antonio Herrero, quien tiene un perro de la raza collie como guía.

 Por ello, Santiago enfatizó que “hace falta crear conciencia en el país de la diferencia que esto animales pueden hacer a la vida de la gente”.

 Detalló que una de las primeras barreras que se deben derribar es que los perros de servicios no son solo para personas ciegas. Comentó que también son soporte moral, detectan convulsiones o ataques de epilepsia, sirven para alertar a personas sordas o para estimular a los niños autistas, entre otras cosas.

 Explicó que no todos los perros son de gran tamaño. De hecho, en la conferencia de prensa presentaron a Lola, una chihuahua miniatura que ayuda a que su dueña, Sandra Rodríguez, no sufra ataques de ansiedad.

 Para proteger esa labor perruna, Santiago propuso esta nueva Ley de Animales de Servicios que, entre otras cosas, clasifica como un delito menos grave el rechazo a dar asistencia o permitir la entrada de una persona con diversidad funcional a cualquier lugar.

 La medida explica que todo aquel que “interfiera intencional y maliciosamente” con las labores de un animal de servicio incurrirá en un delito menos grave y que fuere convicta, será castigada con multa de $200 o cárcel por un máximo de 30 días”.

 Además, la propuesta legislación asigna a la Oficina del Procurador de las Personas con Impedimento la obligación de hacer un registro de entrenadores y perros de servicios.