El secretario del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Juan Dalmau, dijo hoy que la junta de supervisión fiscal que el Partido Republicano en el Congreso de Estados Unidos supuestamente tratará de imponer a la isla para acompañar normativa para la reestructuración de su deuda es una humillación.

"Supone la culminación del Estado Libre Asociado colonial", dijo a través de un comunicado el líder independentista, que además exhortó a los puertorriqueños a que repudien la hipotética iniciativa que prepara el Partido Republicano para la isla, un territorio no incorporado de Estados Unidos.

El diario estadounidense The New York Times publicó el pasado viernes una información, basada en un documento de trabajo del Congreso en Washington, que asegura que el secretario del Departamento de Hacienda y el gobernador de la isla no podrían participar en la toma de ciertas decisiones de esa hipotética junta de supervisión fiscal.

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El rotativo apuntó, con base en un documento de trabajo legislativo que prepara la mayoría del Partido Republicano en el Congreso estadounidense, que en el caso de que Estados Unidos apruebe legislación que otorgue a Puerto Rico herramientas para reestructurar la deuda el proceso incluirá una junta de control fiscal federal compuesta por cinco miembros seleccionados por el presidente estadounidense.

"El borrador establece que el gobernador -de Puerto Rico- tiene que rendir cuentas cada tres meses ante la junta, que goza de inmunidad en cuanto a sus determinaciones con respecto al presupuesto del país, y ni él ni el Legislativo -local- pueden supervisar acciones de la junta", destacó Dalmau.

El dirigente del PIP dijo que eso se traduce en que "la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico no vale el papel donde esta escrita".

Subrayó además que los planes del Partido Republicano en el Congreso en Washington desenmascaran "la ficticia autonomía fiscal del Estado Libre Asociado colonial de la que tanto hablaron los líderes del Partido Popular Democrático" en el poder.

Dalmau destacó que corresponde ahora exigir con contundencia y dignidad que el Congreso se enfrente al problema político de Puerto Rico, además de subrayar que se debe separar "el tema de la crisis fiscal del tema de subordinación política".

"Como siempre, acudieron al Congreso -en Washington- con el lomo doblado y la mano extendida pidiendo una limosnita por el amor de Dios. La respuesta fue la más reciente humillación colonial. El establecimiento de esta junta de control fiscal no es para atender la crisis de Puerto Rico, sino para atender los deseos de los acreedores buitres", concluyó.