Eran los querendones en sus respectivos pueblos. Uno se retiraron pero a otros la muerte los sorprendió en medio de sus funciones.

Entonces, la responsabilidad de continuar la agenda en las alcaldías recayó sobre ellos, sus hijos e hijas.

Algunos fueron electos en elecciones especiales y luego revalidaron en las generales, y otros fueron directamente a la evaluación del pueblo.

Estos son los casos de los alcaldes, los novoprogresistas Ramón Luis Rivera Cruz de Bayamón; Lornna Soto Villanueva de Canóvanas; y Jesús Colón Berlingeri de Orocovis; y de los populares, William Miranda Torres de Caguas y José Aponte de Carolina.

Todos han enfrentado la tarea de tener unos grandes zapatos que llenar.

“Siempre es un reto grande correr luego de una persona que fue un excelente alcalde… Eso hacía que el reto fuera mayor porque la expectativa que la gente tenía… estaba bien elevada; y lograr mantener ese nivel era un trabajo extraordinario”, sostuvo Rivera Cruz que aspira a la reelección y quien sustituyó a su retirado padre, Ramón Luis Rivera, tras ser electo en una elección general.

En su caso hubo una “pequeña ventaja” porque fue senador por dos cuatrienios “y me ayudó a ir teniendo un concepto general de lo que era el gobierno…”.

Otra que tuvo esa experiencia fue la alcaldesa de Cavónavas que llegó al cargo en el 2014 por elección especial tras la renuncia de su padre, José “Chemo” Soto.

Soto Villanueva, que aspira a la reelección, también tenía “un reto bien grande por delante dado que tenía que sobrepasar las expectativas del trabajo que él (Chemo) había realizado”.

“Los primeros dos años… me sirvieron para demostrarle a la gente que más allá de ser la hija del alcalde era una persona que venía con una capacidad administrativa… que estaba pulida en diez pueblos, porque fui senadora…”, sostuvo.

En su caso, otro reto fue enfrentar el ambiente machista que “siempre ha prevalecido… Para algunos no era lo mismo que los hijos varones hayan sustituido a sus padres como que la hija mujer haya sustituido a su padre”, aceptó.

Para Colón Berlingeri, que también llegó inicialmente mediante una elección especial tras la muerte de Jesús Manuel Colón (1998), “el primer reto era tratar de llenar las expectativas. Mi papá cogió al pueblo en una situación bien difícil, en los años 80 cuando cambiaron muchos municipios de populares al PNP, y había que hacer mucho con poco. Así que superar eso era el reto mayor”. 

Para otro alcalde, el de Caguas, que llegó al cargo en el 2010 mediante elección especial tras la muerte del incumbente, el reto fue bien grande porque “William Miranda Marín es de esas figuras que pueden venir a los pueblos una cada 100 años, y los pueblos que vienen… con unas experiencias vividas de una mente privilegiada, la expectativa es que uno sea igual que el viejo”.

Miranda Torres, que aspira a la reelección, aceptó que “cuando tú vienes a ocupar esos zapatos” la gente dice que ‘este puede ser como su papá’, pero somos figuras diferentes”.

Mientras, Colón Berlingeri confesó que una de las cosas más díficiles cuando llegó al poder era “que la gente venía y me reclamaba de que papi había hecho unos compromisos, y era la palabra de la persona que estaba allí y la de papi que estaba muerto…”.

Pero ya pasados esos años, reconocen que lo mejor fue estar cerca de sus padres y seguir sus ejemplos.

Todos han sido reelectos elección tras elección, cada cual -probablemente- con un estilo muy distinto al de sus progenitores.

A preguntas de Primera Hora, ninguno vislumbra que alguno de sus retoños sigan sus pasos.

“…No creo que se inclinen a correr una candidatura. En el caso mío, pues yo creo que ahí se termina esa historia”, dijo Rivera Cruz sobre una posible incursión de sus dos hijos en la política. El mayor está en la industria hotelera y el menor en la universidad.

Sobre este último aceptó que tiene características similares a él, pero “tampoco lo visualizo en la política. Claro, es muy temprano en el juego… (pero) no ha mostrado interés…”.

Para Colón Berlingeri sus dos hijos mayores viven a plenitud sus carreras profesionales. En cuanto al de 5 años dice que “no me visualiza en ningún otro sitio que no sea la alcaldía. Muchas veces hablamos de que ya es tiempo de que eche los guantes y él me dice: ‘no, papito, no. Dios libre’”.

Pero “yo acepto lo que ellos decidan.Me asusta pero a la misma vez me alegraría. Es algo que en su momento cuando (el de 5 años) sea adulto tendrá que decidir”, dijo al agregar que en su caso, a fin de año tendrá una decisión sobre si va a la reeleción.

De su parte, la alcaldesa de Canóvanas no ve que sus dos hijas “tengan alguna aspiración política. En el futuro no se si alguna de ellas lo quiera tener…”, dijo al mencionar que ambas profesionales laboran con ella en iniciativas de interés social.

En el caso de  Miranda Torres, a ninguno de sus dos hijos los ha “escuchado en términos de estar en estos caminos… Lo último que escuché es que él (mayor) está muy decidido a otra rama, la medicina nuclear. Mi hija quiere ser veterinaria, es loca con los animales”, agregó sobre la menor.

El alcalde de Carolina no estuvo disponible para la entrevista solicitada a su oficial de prensa.