Juan Dalmau Ramírez lleva tatuado en la espalda un puño negro, símbolo de las luchas contra el racismo y la opresión. José Vargas Vidot se grabará en el antebrazo derecho el mensaje: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”; mientras otros legisladores, Manuel Natal Albelo, José “Ché” Pérez y Zoé Laboy, quieren tatuarse. 

El tema de los tatuajes y los piercings está en boga en la Legislatura en sendos proyectos de ley en Cámara y Senado. La medida, de los pipiolos Denis Márquez Lebrón y Dalmau Ramírez, busca que se establezca como política pública el prohibir el discrimen contra personas que tienen tatuajes o piercings, en el empleo privado y público.

Hasta el momento, Dalmau Ramírez es el único miembro de la Asamblea Legislativa que ha dicho públicamente que tiene un tatuaje. No soltó prenda cuando Primera Hora la preguntó si se volverá tatuar.

“El desempeño de la función pública al igual que en el marco laboral privado debe basarse en el mérito, el contenido, el conocimiento, la experiencia y la aportación que uno hace. Lo que pueda ser arte corporal, tatuajes o lo que llaman piercings, ese no debe ser el criterio para que una persona pueda aportar al desarrollo económico, sea en el sector público o privado”, sentenció Dalmau Ramírez.

“No tengo tatuajes al momento. No he encontrado todavía nada que quisiera marcarme en el cuerpo el resto de la vida, pero no descarto algún día hacerlo, aunque quizás eso conllevaría que un día llegue a mi casa y mamá no esté muy contenta”, confesó por su parte, Natal Albelo.

También el representante penepé de la nueva cosecha, José “Che” Pérez dijo que le “encantó” la medida y confesó que siempre ha querido hacerse un tatuaje. “Siempre he querido uno y estuve a punto de hacérmelo. Mis hermanos tienen tatuajes y son todos profesionales. Fueron atletas como yo y me dolería mucho que alguien discriminara porque llevan en su cuerpo un tatuaje. No descarto hacerme un tatuaje”, indicó el representante de 37 años de edad. 

“Yo le tengo terror, fobia, a las agujas”, puntualizó por su parte, el portavoz de la mayoría novoprogresista en el Senado, Carmelo Ríos cuando este diario le preguntó si se tatuaría.

Vargas Vidot subrayó a su vez, que para algunas personas el tatuaje “equivale a preso, a una persona de poca seriedad”. 

“Esa es la promoción de mitos y prejuicios. El tatuaje en la mayoría de los países, es un arte”, sostuvo el salubrista para agregar que “no hay nada en la ciencia que diga que el tatuaje haga mella en el razonamiento y en la capacidad y desempeño de alguna persona”.

La senadora Nayda Venegas, autora del proyecto que busca restringir el derecho al aborto, dijo que no ha leído la pieza legislativa, aunque agregó que “está interesante”.

Otra senadora penepé, Zoé Laboy afirmó que está en contra del discrimen, pero prefirió esperar a leer la medida para expresar su opinión.

“No tengo tatuajes, pero mis hijos, sí”, sostuvo la también abogada, quien tampoco descartó la posibilidad de tatuarse.

El senador popular Eduardo Bhatia opinó mientras tanto, que el piercing o el tatuaje es otra forma de arte como pueden ser las pantallas o el lápiz labial. “Creo que debemos prohibir el discrimen en todas sus modalidades”, expresó.

Otro popular, Miguel Pereira dijo que es innecesario discriminar contra personas que han escogido tatuarse para enviar un mensaje de alguna forma, “siempre y cuando no sea inconsistente” con los propósitos del empleo.

“Hay una tendencia en los millenials de tener más tatuajes de lo que era quizás en los 80 y 90. La verdad es que no veo por qué debe ser un issue, es algo muy privado, no incide en la capacidad, en lo que puede desempeñar la persona en su trabajo”, aseveró por su parte, el senador Ríos y dijo que la medida será evaluada en el Senado.

Mientras tanto, en la Cámara, el presidente de la Comisión de Asuntos Laborales, Ángel Peña anticipó que la medida será llevada a vistas públicas en las próximas semanas.

“No tengo nada en contra de la medida ni de los tatuajes. Creo que a nadie se debe discriminar por eso”, dijo Peña.

Aunque la presente sesión ordinaria culmina el 30 de junio, Peña indicó que “buscaremos un espacio” para atender la propuesta legislativa.

El autor de la medida, Márquez Lebrón dijo a su vez, que ha recibido comunicaciones de organizaciones y personas en un carácter individual que apoyan el proyecto porque han sido discriminados en el trabajo por su apariencia.

Incluso, señaló que algunas personas le han pedido que enmiende la pieza legislativa para incluir la del cabello pintado de colores.

“Me han señalado que el proyecto es necesario. Alguna gente como pasa en este país lo ha trivializado porque no conocen que esto es una realidad social y que hay un sector de la población que va en crecimiento y que en el mundo laboral, por sus tatuajes, piercings o color de pelo los están discriminando. Ellos lo que quieren es que no los juzguen por su apariencia, por su libertad de expresión corporal, sino por su trabajo”, afirmó el legislador independentista.

Añadió que de aprobarse la propuesta sería la primera jurisdicción en tener este tipo de medida.