El presidente del Senado, Eduardo Bhatia, dijo este lunes que a menos que las ayudas lleguen a las personas más pobres, no dará paso a la medida de la Cámara que busca repartir en los municipios, un pote de unos $20 millones para servicios directos a los ciudadanos.

“Yo nunca he favorecido los barrilitos y no los voy a favorecer”, indicó Bhatia al ser preguntado hoy por la medida de la autoría del presidente de la Cámara, Jaime Perelló, y del representante, Rafael “Tatito” Hernández.

El líder senatorial dijo que si la pieza legislativa, que ya fue aprobada en la Cámara baja, se califica o se describe como “un barrilito”, no tiene oportunidad en el Senado.

“Si se estructura de una manera donde hay unas ayudas que le lleguen a las personas más pobres de Puerto Rico, si hay una manera de hacerlo y es de una forma correcta, lo podré ver”, sentenció el líder legislativo.

Otros senadores, como Ángel Rosa y Cirilo Tirado, también se expresaron en contra de cualquier medida que parezca un “barrilito”.

“Es necesario que atendamos las necesidades de instituciones de otros grupos que necesitan ayuda, pero la institución del barril le dio muchos problemas a Puerto Rico y tiene muchos cuestionamientos en términos del clientelismo político y ese es un capítulo que ya Puerto Rico superó y deberíamos mantenernos ahí”, sostuvo Rosa.

Mientras tanto, Perelló defendió la pieza legislativa.

“En la Cámara no se ha aprobado ningún proyecto que se parezca a las medidas que eran para repartir neveras y planchas de zinc. Esto no es un barrilito ni un barril”, indicó el legislador.

La medida propone sustituir el Fondo de Mejoras Municipales –un barril que los legisladores reparten hoy para obra permanente en los municipios- por el Fondo de Mejoras Municipales y Servicios Esenciales para el Ciudadano.

El propósito es que bajo el nuevo modelo esos fondos puedan ser utilizados también para prestar servicios directos y esenciales a la ciudadanía, especialmente a niños, jóvenes y envejecientes, así como para mejorar la calidad de vida de los residentes en comunidades desventajadas con un el único criterio del legislador, como se hacía antes con el pote que tanta controversia trajo y que se denominó como “barrilito”.

En el pasado, los legisladores repartían fondos del barrilito para la compra de enseres eléctricos, especialmente cuando se acercaba el año electoral, como una forma indirecta de comprar votos. Incluso, varios legisladores fueron amonestados por otorgar fondos de este pote a personas fallecidas y a familiares de empleados.