Un grupo de padres de niños con necesidades especiales demandará este lunes al Departamento de Educación (DE) para que el tribunal le ordene a la agencia desistir en sus planes de reorganizar las rutas de transportación escolar y de ubicar en un mismo autobús a los menores, sin distinción de los padecimientos físicos o mentales que tengan.

De esta manera, la Alianza de Padres con Niños Especiales pretende frenar al DE en su intento de modificar el tipo de servicio de transporte escolar que se ofreció a esta población estudiantil hasta mayo pasado.

En una asamblea del organismo que busca darle voz a los niños y niñas de educación especial, su presidenta, Lucellys Santos, denunció que la reorganización del servicio afectará a cerca de 400 mil estudiantes con necesidades especiales en toda la Isla.

Además de cambios en las rutas el DE se dispone a eliminar individualización y categorización del servicio de transportación según la condición del menor, lo cual, según Santos, expone a los niños y niñas con necesidades especiales a maltrato emocional y psicológico.

“Antes los chóferes buscaban y recogían a los niños en sus casas, y aquellos que tenían situaciones comprometedoras, como ataques convulsivos, contaban con un T1 o asistente dentro del transporte. Ahora, en el reglamento nuevo, se excluye a los niños de estos servicios”, explicó Santos.

“Nosotros estamos haciendo esta alianza para unirnos todos y pedirle al secretario (de Educación, Rafael Román) que tome acción, pedirle al gobernador (Alejandro García Padilla) que alguien nos dé respuestas, que nos digan qué va a pasar con nuestros niños de educación especial porque ahora mismo están sin transportación, sin servicios, sin terapias y queremos una reacción. Queremos respuestas del gobierno”, abundó.

Otras las denuncias que ha hecho el grupo de padres es que la agencia ha privado a estos estudiantes del acomodo razonable y la compra de servicios necesarios para su desarrollo y desempeño escolar.

Específicamente, la alianza se dispone mañana a radicar un recurso de interdicto preliminar en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan para obligar al DE a que renueve los contratos de los servicios a la población estudiantil con necesidades especiales.

“Nosotros hemos estado analizando el asunto de la Carta Circular 37. Lo que hemos visto es que no han renovado algunos de los servicios que típicamente se daban a niños de educación especial, y eso ha creado una preocupación de parte de los padres de estos niños”, explicó el abogado del colectivo, Ricardo Hatton.

La Carta Circular 37 del DE resume la nueva política pública de la agencia sobre la organización escolar, entre otros puntos.

Hatton señaló que es necesario que se restablezcan dichos servicios, ya que “ponen en peligro la estabilidad física y emocional de estos menores”. Asimismo, reconoció que aunque el gobierno enfrenta una crisis económica y fiscal que ha obligado a las agencias a recortar gastos y servicios, no deben ser los niños y niñas de la corriente de educación especial quienes sientan ese golpe.

“En esta ocasión el DE, en su plan de recorte de gastos, ha querido lacerar los derechos de los niños de educación especial... El gobierno ha comenzado por darle un golpe a los niños de educación especial quitándoles la transportación, y fíjense que la legislación federal establece que el acceso a la educación tiene que ser gratuito y accesible. Cuando se habla de accesible, es de poner en posición a esos niños que tienen esas condiciones a que puedan llegar a esa escuela y recibir esa educación”, subrayó el representante legal.

Durante la asamblea, algunos porteadores, conductores de guaguas escolares y padres presentaron sus testimonios sobre cómo la reorganización en el DE los perjudicaría.

Luz Noa y Ana Feliciano, chóferes de la compañía Transporte Urbina y Burgos Inc., plantearon que además de no saber si tendrán trabajo al comienzo del próximo semestre escolar, muchos de los estudiantes que transportan han generado empatía con ellos y que el cambio podría generar incidentes de agresión, “bullying” y hasta accidentes en la guagua escolar.

“Yo tengo ocho estudiantes de autismo en una guagua con una asistente, y cuando mi asistente no viene, ellas confían en mí y me los dejan a mí porque yo soy su chófer y ellos ya me conocen”, manifestó Feliciano.

Michelle Medina, madre de uno de los niños que transporta Feliciano validó su planteamiento al recalcar que los pacientes con ese trastorno tienden a tener un comportamiento impredecible ante los cambios de hábito.

“Especialmente, en mi caso, mi niño se autoagrede, pero yo no sé cuándo pueda agredir a otro niño, y entonces ahí van a llover las demandas porque mi niño agredió a otro niño. Mi niño normalmente no puede estar en un grupo que no es de su diario vivir. Cuando se le rompe la rutina a ese niño, se me descontrola”, explicó Medina.

Por otro lado, en la asamblea se instó a los progenitores presentes a divulgar la información discutida con otros padres de niños de educación especial, de manera que se unan al movimiento.