Para promover un mejor desarrollo integral de los niños puertorriqueños urge atender como “prioridad número uno” al grupo poblacional de cero a cinco años, señaló hoy, miércoles, la directora ejecutiva de la Fundación Agenda Ciudadana, María de Lourdes Lara Hernández.

Al testificar en una audiencia de la Comisión de Bienestar Social y Para la Erradicación de la Pobreza de la Cámara de Representantes, la socióloga argumentó sobre la importancia de garantizar una mejor calidad de vida a los infantes. 

“La aspiración ciudadana es que los niños sean felices y tengan una mejor calidad de vida”, puntualizó Lara Hernández, quien encabezó una investigación sobre la experiencia de acceso y atención universal a la niñez temprana.

Explicó que la atención temprana eventualmente llevará al menor a motivarse a culminar sus estudios, a ser exitoso o a evitar que en las aulas terminen en el Programa de Educación Especial, precisamente porque no tuvo una intervención temprana, clave en la estimulación de su adecuado desarrollo. 

“Lo importante no es solamente cuidarlo, es que el niño tenga en esos primeros años de cuido una educación, una formación, una experiencia de vida, que realmente garantice que salga de ahí un niño que llega a la escuela, un niño que tenga la posibilidad de ser exitoso”, puntualizó Lara Hernández, profesora del Recinto de Humacao de la Universidad de Puerto Rico.

Según la educadora, para lograr ese buen desarrollo integral debe tomarse en cuenta todo el entorno familiar, cultural, político, ambiental, económico y hasta la influencia de los medios de comunicación en el niño.

Destacó que para lograr ampliar su experiencia desde tan temprana edad, los centros de cuido deben contar con “un personal debidamente adiestrado, que conozca las necesidades de los menores durante sus distintas etapas de desarrollo”.

El personal del centro “debería estar capacitado para proveerles a estos aquellas experiencias enriquecedoras de aprendizaje, y debería poder crear numerosas y variadas oportunidades para que nuestros niños y niñas tengan las herramientas necesarias para ser exitosos, no solo en la escuela, sino también en la vida”, sostuvo.

La comisión legislativa presidida por la representante Luisa Gándara considera un proyecto para enmendar la Ley para el licenciamiento de establecimientos para el cuidado, aprendizaje y desarrollo de los niños, aprobada en febrero de 1955.

En la audiencia, la mayoría de los ponentes expuso que los centros de cuido infantil en Puerto Rico tienen que enfocarse en atender todas las necesidades de desarrollo de los menores entre cero a cinco años, más allá de limitarse a atender las áreas básicas de supervisión y alimentación, para así lograr mejorar la calidad de vida de todos en la Isla. 

Por tal razón, consideraron que la legislación para enmendar el citado estatuto debe atender aspectos como la educación continua de los cuidadores y la inclusión de la familia, la comunidad y el gobierno, así como tomar en cuenta la estructura o sistema en el que crece el menor. 

“Esto debe ser como un proyecto de país”, afirmó en la vista el presidente de Fondos Unidos de Puerto Rico, Samuel González Cardona. Señaló que si se paga $68,000 anuales por un preso, se puede invertir más dinero para evitar que los niños lleguen a la cárcel en un futuro.   

Para sustentar sus argumentos, citó la tesis del premio Nobel de la Economía, el doctor James Heckman, que estipula que “aquellos países que busquen reducir sus déficits y fortalecer la economía tienen que hacer una inversión significativa en la educación de la niñez temprana”. 

Durante la vista pública trascendió que la regulación de los centros de cuido vigente se centra en criterios de salud y seguridad. 

El efecto que tiene la falta de actualidad de la ley es que la mayoría de las personas que atienden a los infantes no cuentan con la educación adecuada para atenderlos y satisfacer sus necesidades de desarrollo, según se planteó en la audiencia. 

Al respecto, la psicóloga social comunitaria Bárbara González Hilario citó una investigación que reflejó que solo un 82% de los directores de esos centros tienen algún grado universitario.

Según ese estudio, el 77% de los maestros asignados a los salones tiene algún grado universitario en educación y 45% de los asistentes de maestros solo tiene un cuarto año de escuela superior, destacó la doctora González Hilario.

La profesora universitaria también afirmó que más allá de una especialización, estos cuidadores necesitan tener educación continua, ya que los niños ya no son un ente pasivo, sino que ya necesitan potenciar sus habilidades. 

“Vamos viendo cómo se hace más complejo el rol del personal de cuidado, aprendizaje y desarrollo en la niñez temprana”, comentó.

González Cardona, por otro lado, dijo a la representante Gándara que le preocupa que la necesidad de regular la calidad de los servicios que necesitan los infantes desemboque en un encarecimiento de los servicios de cuido, porque que las familias trabajadoras no necesariamente podrían costear los servicios. 

“Llamamos a la cautela de que esta búsqueda de la calidad óptima no finalice en que los niñas y niños en Puerto Rico queden desprovistos de servicio o proliferen los centros clandestinos o de marquesina”, dijo. 

Sobre este aspecto, el director de la Oficina de Capacitación y Asesoramiento de Asuntos Laborales y de Administración de Recursos Humanos del gobierno, Harry Vega Díaz, le informó a Gándara que esta agencia está capacitada para prestar esos servicios de educación continua tanto a los Head Start, como a los centros de cuido privados.