A principios de año, la sesión inaugural del nuevo Senado estuvo precedida de simbolismos, entre estos cuando líderes estudiantiles de la Universidad de Puerto Rico (UPR) fueron los que les abrieron las puertas al presidente Eduardo Bhatia, como muestra de una supuesta reivindicación hacia los huelguistas que en la pasada administración fueron atropellados y vedados de acceso a la Casa de las Leyes.

Entre la juventud que escuchó con alegría que Bhatia anunciaba que las gradas del Senado estarían “abiertas para siempre” estaban Gabriel Laborde y Christian Arvelo, quienes ahora, tras los sucesos ocurridos con los maestros en el Capitolio durante el fin de semana, toman con pinzas aquellos simbolismos y promesas.

“Los eventos de ayer (sábado) son vergonzosos y lamentables. Vemos como día tras día se van derrumbando las diferencias que habían entre la pasada administración y la presente legislatura... Nos regresa a los tiempos de Thomas Rivera Schatz en el Senado... Espero que recapaciten en sus acciones y que recuerden que dentro de tres años vuelven las elecciones”, dijo Laborde al condenar que no permitieran acceso para “llenar las gradas” en la sesión extraordinaria de la Cámara de Representantes, donde se aprobaron los proyectos para reformar el Sistema de Retiro de los Maestros y de la Judicatura.

Arvelo hizo hincapié en que convocar a una sesión extraordinaria para aprobar los proyectos fue “un acto insensible” y si hubo algún incidente lamentable “fue producto de la frustración” por apelar con acciones inaceptables a las emociones de la clase magisterial.

Además, Arvelo condenó que el Colegio de Abogados no mantuviera observadores para vigilar que no se cometiera violaciones de derechos a los manifestantes.