"Los legisladores no están en los escaños para defender sus posiciones religiosas o teológicas, sino para aprobar leyes de beneficio para toda nuestra sociedad", sentenció hoy, jueves, Léster Caleb Santiago, portavoz de la Mesa de Diálogo Martin Luther King, al reclamar la aprobación del Proyecto del Senado 238.

"Los senadores tienen que actuar con ética, valor y justicia para todos los sectores", insistió Santiago al pronunciarse preocupado por el aplazamiento del trámite legislativo de la medida para combatir la discriminación en el empleo por razón de género u orientación sexual.

En conferencia de prensa conjunta con otros líderes religiosos, Santiago opinó que en el Senado los legisladores "tienen información suficiente" para llevar ya a votación el Proyecto 238, pero lamentó que ayer, miércoles, se frenó la consideración de la medida en vista ejecutiva de la Comisión de lo Jurídico.

A preguntas de este medio, el pastor Juan Ángel Gutiérrez, explicó que se les informó que la citada comisión tenía en agenda llevar a votación un informe positivo sobre el Proyecto 238 en una audiencia no pública, pero "por razones que no tenemos claras, ayer, a última hora, se canceló la vista ejecutiva".

Gutiérrez agregó que también supieron que miembros de un sector religioso fundamentalista estuvieron en el Senado, al parecer en gestiones de cabildeo contra la medida, a pesar de que de antemano se les anticipó que el proyecto tiene los votos para ser aprobado en ese cuerpo legislativo.

Argumentos de los opositores de la medida, principalmente un sector que opina que el proyecto atenta contra la familia y los valores cristianos, fueron cuestionados por representantes de la Mesa de Diálogo Martin Luther King, reunidos en el Colegio de Abogados, en Miramar.

"Es injusto y pecaminoso promover discrimen de cualquier tipo fundamentado en las escrituras. El evangelio es un evangelio de inclusión", subrayó Gutiérrez, al lamentar que líderes o grupos que se denominan crisitianos aboguen por evitar una ley que impediría trato desigual para personas homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales o transgéneros, miembros de la llamada comunidad LGBTT.

Con esos argumentos en contra del proyecto, esas personas realmente "están violentando el fundamento de las escrituras (bíblicas) y el fundamento de la fe cristiana" insistió, por su parte, Santiago, quien destacó que para Puerto Rico "es el momento" de dar paso a esa medida.

Después de rebatir con argumentos cristianos los planteamientos en esa línea de quienes rechazan el proyecto de ley, Santiago subrayó que la medida se basa en los derechos humanos y en "el principio innegociable de la igualdad de todos los seres humanos ante Dios y ante la ley", énergicamente defendido por Luther King.

"Mantener desigualdades o condiciones de empleo que priven el acceso a las oportunidades en el mundo laboral a la comunidad LGBTT no es moralmente aceptable y afecta la familia", agregó.

Se refirió a que sin herramientas de protección laboral, estas personas, por décadas humilladas e invisibilizadas por gran parte de la sociedad, estarían más expuestas a perder el sustento para sus familias. En tal sentido, observó que en el país ahora las familias tienen una composición diversa y no se trata exclusivamente de un hombre y una mujer casados con hijos propios o adoptados únicamente.

George González, pastor de la Iglesia Comunitaria Metropolitana, Cristo Sanador, dijo que no menos de 75 casos recientes se han llevado a los tribunales por razones de discriminación contra personas de la comunidad LGBTT y, según comentó, los propios jueces reconocen que muchos no prosperan porque no hay suficientes herramientas para protegerles sus derechos humanos.