“Oí que por Barrio Obrero habían recogido. No sé si es verdad, pero eso es lo que se está diciendo”.

“Rosa” está clara en que lo suyo es trabajar en casas de familia y no meterse con nadie, pero tiene miedo por su hija, menor de edad. “Yo tengo una nena chiquita y si me pasa algo a mí, ¿dónde va a quedar mi niña?”.

La mujer, que lleva 28 años en Puerto Rico, dio una breve entrevista en los alrededores del edificio Cobián Plaza, en Santurce, justo donde está ubicado el Consulado de República Dominicana. 

En la plazoleta que bordea la estructura esperaba por un pon leyendo un periódico, y al ser abordada por este medio accedió a hablar mientras no fuera identificada. Su estatus migratorio es irregular, pero su otro hijo, de 24 años, la está “reclamando” y eso le da un respiro. “Aun así uno no está seguro porque con todo lo que este presidente (Trump) quiere…”, dijo.

La celebración de la la Semana Dominicana en Puerto Rico, que se extiende hasta mañana, no la distrae del endurecimiento de las políticas migratorias por parte del líder de los Estados Unidos, Donald Trump. 

Ella, como muchos otros, está asustada. 

“Esto está fatal porque venimos aquí a trabajar, no venimos a hacer cosas malas. Eso está del mero, no sé qué le pasa a ese señor”. 

Ese temor también se sintió en la Placita de Santurce. De al menos dominicanos abordados, solo dos quisieron conceder entrevista porque los demás “no querían problemas” o “yo no me meto en eso”.

Jenny Almanza, quien es vendedora y proviene de Villa González, un municipio de Santiago, República Dominicana, comentó que la situación en Puerto Rico está tan crítica que les dice “a los que están allá, que no vengan”. 

“Mi gente está preocupada con este gobierno de Trump, sus revoluces y todo lo que dice negativo. Que si van a deportar, que si van a quitar un montón de ayudas… yo, por lo menos, llevo 11 años aquí y no pienso mudarme; tengo aquí a mis hijos y a mi esposo. Pero no tienes más que mirar alrededor para ver cómo está la cosa; esto no es como antes, que había muchos negocios. Venía mucha gente, pero ahora no hay dinero”.

Jenny sabe que lo que queda es seguir luchando. “Si uno no trabaja, uno no tiene para sobrevivir. Y a los que están allá, en verdad, que se queden; aquí no hay nada que buscar”.

Para Ramón Emilio Corcino, billetero a sus casi sus 90 años de edad y originario de San Francisco de Macorís, la vida es simple si uno no se mete en líos con la justicia. “Yo tengo aquí 27 años y tengo mi casa allá, pero estoy cómodo. (La administración del expresidente Barack) Obama me dio los cupones y con eso puedo vivir, es parte de mi sustento mensual y las cosas están bien. Ahora, creo que lo de Trump está mal hecho, porque si quiere prohibir lo que dio Obama que lo haga, pero que no ponga a sufrir a la gente”, dijo.

“Yo no quiero hablar de política. Yo no sé si de aquí sacarán gente, pero serán los que cometan algún crimen o den un motivo. Yo no tengo ese problema, nunca le he fallado a la justicia, pero sí, he oído que van a botar a un montón de gente de Nueva York. Yo no le doy mente a eso”, añadió el octogenario.

“No se dejen llevar por Facebook”

Ahora que los rumores de deportaciones masivas cobran más vida -y hay más ejemplos, como está ocurriendo en Estados Unidos-, el cónsul general de República Dominicana, Islas Vírgenes Británicas y las islas Turcos y Caicos en Puerto Rico, Franklin Grullón, quiso hacer un llamado a la calma y le recordó a sus compatriotas -que se estiman en unos 200 mil viviendo en Puerto Rico- que, si tienen cualquier inquietud, que acudan al Consulado, en Cobián Plaza. 

“Hay un nerviosismo, una preocupación de todos los inmigrantes en Estados Unidos, pero en Puerto Rico no se ha hecho ningún tipo de redada ni ha aumentado el proceso de remoción de extranjeros, que sepa el consulado”, explicó Grullón. 

“No hay como tal nada oficial, pero sí estamos a la espera de cambios en leyes y queremos que nuestros ciudadanos sepan que si necesitan información deben venir al Consulado o llamar a su abogado de inmigración”, indicó el cónsul. 

La situación económica de Puerto Rico también se ha hecho sentir en la comunidad dominicana. “Se ha ido reduciendo la llegada de dominicanos desde hace tiempo, porque nosotros trabajamos, compramos y visitamos los mismos sitios que los ciudadanos de este país”, manifestó Grullón. “Hemos asumido esta sociedad como nuestra y tenemos la esperanza de que la situación sea momentánea, pero así como muchos puertorriqueños se han ido, muchos dominicanos también, ya sea a Nueva York o a Miami, o de vuelta a la isla”, añadió. 

Lo importante para Grullón es educarse antes de tomar cualquier decisión. 

“Estamos consiguiendo que se atiendan casos de salud, casos legales, orientaciones con el Departamento de la Familia y del Trabajo… no importa su estatus migratorio, tienen derechos; nunca olviden que estamos aquí. Y no se dejen llevar por los rumores de Facebook, siempre pueden llamarnos o visitarnos y los orientaremos”, insistió.