La propuesta de añadir un séptimo día de sorteo en la Lotería Electrónica con el fin de recaudar fondos para el Sistema de Retiro de los empleados gubernamentales no es una manera inteligente, aunque sí prudente, de intentar compensar descuadres presupuestarios.

“Están utilizando un mal social para crear un bien social”, señaló la economista Marta Quiñones sobre la propuesta del senador popular Antonio Fas Alzamora. “Ellos lo que están es buscando dinero donde a la gente le gusta ganar dinero, que es en juego”, señaló.

Además de que no cree que vaya a generar suficiente dinero como para poder resolver el déficit en Retiro, la economista catalogó la medida como “simplista”.

“No se está evaluando adecuadamente”, consideró.

Pero, la propuesta de Fas Alzamora no es la única. José Luis Dalmau, quien también es legislador popular, sometió un proyecto que añadiría un sorteo extraordinario anual de la lotería tradicional para obtener recursos que permitan financiar proyectos de infraestructura vial de la Autoridad de Carreteras y Transportación.

De acuerdo con Quiñones, para obtener recaudos, lo lógico sería “poner impuestos a otras actividades que son de lujo”.

“Un ejemplo de lo que se podría hacer es ponerle impuestos a los autos caros, pero esa gente (adinerados que pueden pagarlos) tiene un poder político y económico. (Se les puede poner) impuesto a los four-track. Son bienes de lujo, no es algo que sea necesario. Son bienes que no son necesarios para la vida ni el mantenimiento de la familia”, explicó la economista, quien entiende que a los ricos no los tocan cuando de allegar dinero para el Gobierno se trata.

“Se inventan juegos y formas donde haya menos resistencia”, añadió.

Para la secretaria auxiliar de las Loterías, Teresita Carrión Géigel, la percepción de que los que juegan son pobres “no necesariamente es cierta”.

“Tenemos jugadores across the board (de todo perfil)”, aseguró.

Aunque dijo que sí se podría añadir el domingo a los días de sorteo, no pareció augurarle mucho éxito económico al único día que falta para que haya juegos toda la semana.

“Los domingos hay mucho negocio que no abre o que opera en horarios limitados”, observó. “No es que no se pueda hacer”, reiteró al precisar que la gente juega más los días originales de los sorteos electrónicos, miércoles y viernes. Los últimos días que se añadieron, lunes y martes, son los que menos respaldo tienen.

Añadir un sorteo extraordinario de la tradicional, por lo menos en logística, le parece más factible.

“La extraordinaria me preocuparía menos porque es quitar uno ordinario y ya”, indicó.

Para el psicólogo Alfonso Martínez, mirar exclusivamente la ganancia económica deja un punto ciego al no contemplar el deterioro social que puede suponer agregar otro día, auspiciado por el Gobierno, para apostar al azar.

“Habría que hacer un estudio epidemiológico y nunca se ha indagado en esa área”, advirtió.

En Estados Unidos, se estima que un 2.3% de la población cumple con el criterio de jugador patológico. “Se puede sospechar que el porciento en Puerto Rico debe estar por encima del dos”, especuló.

El impulso de jugar, que se puede convertir en una compulsión, responde al “refuerzo intermitente”, que es lo que mantiene la expectativa y esperanza de ganar.

“Si sumas y restas, por necesidad, tienes que perder. Si la gente no perdiera, el Gobierno estaría quebrao”, expresó.