Sale de oro.

El  presidente de la Universidad de Puerto Rico, Miguel Muñoz, renunció el lunes por la tarde a su cargo, luego de negarlo  durante toda la mañana en medios de prensa.

El ejecutivo saliente se irá efectivo el miércoles, pero antes declaró en su carta de renuncia que la Legislatura y el gobernador, Alejandro García Padilla,  estaban “asaltando la autonomía universitaria” con un proyecto de ley que sustituirá a todos los miembros de la Junta de Síndicos, para crear una Junta de Gobierno que tendrá 13 miembros y no 17 como ahora.

 Ese proyecto se aprobó en la Cámara y en el Senado ayer mismo.

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Además, Muñoz recibirá los aumentos de sueldo que le hubiesen tocado como catedrático y que no recibió por estar en el cargo de presidente, así como la liquidación de todos los excesos de licencias, una oficina privada y secretaria, tal y como lo pidió, y podrá permanecer con su computadora, impresora y cualquier otro equipo técnico que requiera, según una certificación aprobada por la Junta de Síndicos.

Muñoz no se tendrá que ajorar mucho en la transición ya que también se le aprobó una  licencia hasta diciembre para que, en ese tiempo, no se tenga que reintegrar a sus funciones como catedrático y pueda preparar sus próximas clases y planificar futuras investigaciones.

“Dejo mis funciones... con la satisfacción plena de haber servido muy bien a esta noble institución”, asegura en su carta de renuncia.

Poco antes que estallara la noticia, el presidente de la Junta de Síndicos  Luis Berríos, también renunció, por lo que dejó sin cabeza a ese cuerpo y se formó un salpafuera a la hora de certificar la renuncia de Muñoz, quien entonces tuvo que dirigir su comunicación al vicepresidente Ángel Cabrer. 

Finalmente la Junta de Síndicos tuvo que hacer un referéndum electrónico, para el que apenas tuvieron 50 minutos, para certificar la renuncia.  Luego votaron,  con felicitación y beneficios incluidos, por la licencia a Muñoz y a los  rectores de los 11 recintos del sistema UPR.

Tanto Muñoz como Berríos señalaron que hay un grupo pequeño que intenta apoderarse de la universidad, lo que no se debe permitir. 

Al cierre de esta edición, Jesús Manuel Ortiz, secretario de prensa del gobernador, indicó que “la renuncia del presidente de la UPR es un asunto que compete a la Junta de Síndicos. El gobernador fue consistente en pedirle a la Junta que solicitara la renuncia del presidente ante la crisis administrativa que atraviesa la institución. Una vez concluido ese asunto, creada la nueva Junta de Gobierno y concretada la devolución del  presupuesto, ahora la universidad tiene las herramientas para destacarse nuevamente como una institución de calibre mundial”.

Se espera que hoy se convoque a una nueva reunión de los síndicos y se nombre un presidente interino.

Cambios serán ley

Sobre los cambios aprobados a la Junta de Síndicos, el presidente senatorial, Eduardo Bhatia, dijo que la medida debía ser vista como una excepción, “no como la norma, y yo espero que no se convierta esto en que cada cuatrienio hay que estar con estos balones para adelante, para atrás”. 

“Yo les pido a los senadores que logremos en una nueva junta universitaria las mayores capacidades para lograr lo más cerca posible  la autonomía de la Universidad de Puerto Rico”, expresó.

El presidente del Partido Nuevo Progresista (PNP), Pedro Pierluisi, y otros líderes de la Palma condenaron el proyecto.

“Aquí lo que se ve es que sistemáticamente quieren echar a un lado todas las juntas de gobierno, eliminarlas de golpe y porrazo...  para luego nombrar a sus miembros”, manifestó Pierluisi.

Líderes estudiantiles celebraron a medias las renuncias por entender que son tardías y por los beneficios que se le otorgarán al presidente saliente en momentos de austeridad. Auguraron además un proceso de transición largo y pidieron reformas permanentes.

Brenda I. Peña López y Javier Colón Dávila colaboraron con esta historia.