Ceiba.- Como guerrera de luz, sembradora de verdades patrias y tejedora de verticalidad, fue recordada hoy en su última morada la centenaria líder nacionalista, Isabel Rosado Morales.

Decenas de independentistas y nacionalistas la despidieron con estrofas patrióticas, a ritmo de plena, por las calles de su Ceiba natal antes de ser enterrada en el Cementerio Municipal. Grupos de mujeres cargaban el féretro en madera arropado con una monoestrellada con el triángulo azul celeste.

“Nunca te olvidaremos linda patriota”, “Hasta pronto mujer hermosa” y “Los patriotas más grandes de la tierra, nunca se rinden y luchan hasta morir”, fueron algunos de los estribillos que los dolientes le cantaban a Isabelita, como cariñosamente se conocía a la líder nacionalista, fallecida el martes a los 107 años de edad.

Uno de los momentos más emotivos se suscitó cuando el cortejo fúnebre se detuvo en la casita de madera y zinc, donde Isabelita vivía en la calle Escolástico López, en el casco del pueblo. El ataúd fue llevado hasta la sala de la humilde residencia, mientras afuera los pleneros improvisaban versos resaltando la vida y trayectoria de la maestra y trabajadora social, quien fue una figura transcendental alrededor de don Pedro Albizu Campos y el Partido Nacionalista.

 “No pudieron contigo las torturas, los calabozos ni la persecución”, dijo la exprisionera política Alicia Rodríguez, quien despidió el duelo junto con el expreso nacionalista, Rafael Cancel Miranda.

“No vengo a despedirme, vengo a sentir tu presencia, como cuando tú me visitaste en la cárcel en 1984. Fue una experiencia llena de amor y ternura”, sostuvo Rodríguez.

Cancel Miranda a su vez, la describió como una triunfadora. “Podemos estar alegres porque Isabel triunfó. No pudieron con ella. Jamás pudieron ponerla de rodillas y lo trataron… Nos dejó la flor de la justicia en nuestro corazón”, sostuvo Cancel Miranda. “Ella era tejedora, toda la vida se pasó tejiendo amor y verticalidad en su pueblo”, afirmó el líder nacionalista.

La senadora del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), María de Lourdes Santiago, también presente en el funeral, dijo que “para nosotros los independentistas, doña Isabel representa una fe que nunca conoció el quebranto, en la mejor tradición albizuista”.

Antes del sepelio, el obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao de la Iglesia Católica, Eusebio Morales, ofició una misa en la Parroquia San Antonio de Padua, a la que asistía la difunta.

“Queremos recordar a Isabelita en esa misión de amar y servir a los demás. Fue una mujer que amó a este país y que supo vivir con pasión y alegría desde la fe cristiana”, dijo el obispo Morales, quien estuvo acompañado en el altar por el párroco de la iglesia, Manuel Ramón Villamor y el padre Pedro Rafael Ortiz.

En la homilía, el Obispo resaltó que Isabelita, vivió “con esfuerzo y con sacrificio” y en su compromiso con la libertad, tuvo que sufrir, pero “lo asumió con dignidad porque el amor en su corazón era muy grande”. Destacó que el legado que deja es de amor y esperanza. “Cuánta necesidad tiene este pueblo de hombres y mujeres como ella”, sostuvo el líder religioso.

Al final de la misa, el Obispo oró por la excarcelación del prisionero puertorriqueño Oscar López Rivera, cuya fotografía tipo silueta en tamaño real estuvo presente en la misa al lado del féretro, mientras Morales se expresaba a favor de su liberación.

El alcalde de Ceiba, Ángel Cruz se encontraba entre los presentes en la misa junto a familiares y allegados de doña Isabelita.

En primera fila también estaba Ediberto Marín, el más pequeño de los participantes de la Revuelta Nacionalista de 1950. Marín tenía 17 años en ese momento y cumplió 11 años y medio de cárcel. Ahora tiene 80 años de edad.

El analista independentista Carlos Gallisá y líderes sindicales, entre ellos, Ricardo Santos, de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (Utier) y Rafael Feliciano, de la Federación de Maestros, también asistieron al funeral.

Radamés Rosado, sobrino nieto de doña Isabelita, agradeció a nombre de la familia y del Comité Isabel Rosado Morales las muestras de afecto y solidaridad.

“Siempre la vi como una mujer mágica que dejaba a todo el mundo prendado con la luz que irradiaba”, sostuvo Rosado.

Al momento de la sepultura, el trovador Roberto Silva improvisó varias décimas para “honrar a Isabelita entre la alegría y el llanto”. Después, sobre la tumba se colocaron anturios, bromelias y otras flores autóctonas.

“Uno no debe llorar porque fue una vida tan productiva, pero la emoción es grande”, dijo Judith, una residente de Río Piedras.