“Me voy tranquilo, en mi mejor momento”, así anunció hoy su renuncia el ahora exrepresentante del Partido Nuevo Progresista del distrito 17 de los municipios Moca y Aguadilla, José Luis Rivera Guerra.

Según leyó de la carta enviada al presidente de la Cámara de Representantes, Carlos Méndez Núñez, la renuncia es de “manera inmediata e irrevocable” con fecha de efectividad hoy, 31 de julio.

Rivera Guerra se desempeñará ahora como maestro de ciencias en el Liceo Aguadillano, donde estudia Diego, uno de sus tres hijos, y ofrecerá tres clases con sus respectivos laboratorios.

“Mi compromiso, amor y gratitud con mis amigos y hermanos de los pueblos de Aguadilla y Moca, va por encima de mis anhelos personales de ocupar cualquier posición. Es un momento en el que consideraciones familiares y ocupar un puesto político, chocan entre sí. Además, coincide con la oportunidad de realizar otras tareas, entre ellas, ayudar en el desarrollo educativo de uno de mis hijos y sus compañeros”, leyó.

El exlegislador –quien comenzó en la política a los 25 años– expresó que “no pensaba estar en la política tantos años”.

“Yo me voy bien, en calma, tranquilo, en mi mejor momento. Gracias a Dios este es el momento de irme con la frente en alto”, pronunció desde El Capitolio en conferencia de prensa.

El escaño que ocupa desde el 2000 y que cuenta con una anterior renuncia por imputaciones éticas, estuvo llena de escándalos.

“Las controversias son 10 minutos, de 17 años de servicio”, expresó Rivera Guerra.

La controversia más reciente fue el caso de agresión –que fue archivado el pasado 8 de enero– entre él y el líder sindical Julio Vargas Cruz por hechos ocurridos el 27 de abril del año pasado durante una manifestación en El Capitolio.

Además, en 2007, fue detenido por la Policía por chocar un vehículo y huir de la escena por el paseo. Y en 2011, fue acusado por la Autoridad de Energía Eléctrica y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados de hurto de servicios. El legislador lo negó a pesar de que las corporaciones insistieron en su denuncia.

En 2012, fue señalado por no divulgar la liquidación de una deuda al construir una piscina en su residencia, ni informó las mejoras de más de $3,000 que le realizó a su hogar.

Ese mismo año, el Fiscal Especial Independiente (FEI) le radicó tres cargos por violación a las leyes de Ética y Permisos.

Un año después, se declaró culpable de residir en una vivienda que no poseía permisos de uso y no informarle a la Oficina de Ética Gubernamental de la construcción de la piscina. A tales efectos, fue sentenciado a cumplir servicio comunitario y pagar multa de $2,900.

Ante preguntas de cómo le explicará estas situaciones a sus nuevos estudiantes de nivel superior, Rivera Guerra indicó que estas faltas al orden social “no inciden en su capacidad de ser maestro”.

“Todas se atendieron debidamente… Me decía un profesor del Colegio de Mayagüez [donde estudió] que yo era mejor maestro que político”, dijo lloroso.

En su anuncio lo acompañó su esposa, Yanira Ruiz, quien destacó que el graduado en Química, “es una persona excelente y no es la persona que pintan los medios".

Su compañera por 30 años sostuvo que la decisión “se tomó en familia”. Además, pidió que no se hicieran especulaciones pues “no solo lo dañan a él sino a la familia en general”.