Un paquete de pañales, un frasco de jabón de fregar o papel de baño no son artículos de lujo, sino de primera necesidad, y para muchos usuarios del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) la única forma de adquirirlos era con el dinero en efectivo que podían sacar de su tarjeta de beneficios, un 25%, para ser exactos.

Ahora, a partir de octubre, la historia será otra, según la decisión del Departamento de Agricultura federal.

Esos mismos usuarios verán su "cash" desaparecer poco a poco, a razón de 5% anual hasta el 2020, cuando sólo podrán acceder a los fondos electrónicamente. O sea que las compras de comida preparada –tan necesaria para muchos indigentes que no tienen forma de refrigerar alimentos- o esos pesitos para completar la compra para una asignación escolar, ya no estarán disponibles en efectivo.

La situación no es la ideal, según explicó Idalia Colón, secretaria del Departamento de la Familia, en conferencia de prensa. 

“Según las personas encuestadas, el dinero no lo usaban para uñas acrílicas o alcohol o drogas, como solían reclamar algunos, sino para necesidades básicas y ahora, con la directriz federal, sólo podrán comprar alimentos”, lamentó.

Los chavos varían

Dependiendo de si es una persona (que recibe unos $112 en beneficios, de los cuales puede sacar $5 en efectivo) o una familia (que recibe $240, de los que pueden retirar unos $60 en efectivo) la directriz federal de ir disminuyendo ese acceso en un 5% anual puede impactar drásticamente la forma en la que los beneficiarios hacen sus compras mensuales. Cabe recalcar que quienes reciben el PAN son personas con necesidades económicas, como madres o padres solteros que complementan así la alimentación de sus hijos, envejecientes –que tienen pocos o ningún ingreso adicional- e indigentes.

Conscientes de este problema, Familia y la Administración de Desarrollo Socioeconómico de la Familia (ADSEF) solicitó una exención para los mencionados casos, “pero luego de ocho meses de enviar la carta, nos contestaron y nos dijeron que no era posible”, explicó Colón.

Fue el secretario de Agricultura federal, Thomas J. Vilsack, quien revisó las recomendaciones de las agencias locales, pero “determinó que estas exclusiones no tienen base legal, ya que el estudio realizado por el Congreso establece que la accesibilidad no tiene efecto adverso entre los participantes”, indicó Marta Elsa Fernández, administradora de ADSEF.

La funcionaria agregó que “para los más pobres y vulnerables están los fondos TANF (Programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas), cuyo alcance se extendió de seis a 18 meses. Sin embargo, Fernández reconoció  “que hay poblaciones que se verán limitadas con este proceso y no tenemos más recursos”.

La medida, sin embargo, no impactará los Mercados Familiares, insistió Colón, que proveen al puertorriqueño acceso a alimentos frescos.