Había jurado y perjurado que del Capitolio lo sacaban en ataúd, pero ayer, en menos de lo que canta un gallo, el polémico senador penepé Antonio Soto Díaz, quien se hace llamar “el Chuchin”, renunció a su escaño legislativo en medio de investigaciones que le imputan un patrón de evasión contributiva, entre otras irregularidades.

El legislador de la Palma por el distrito 6 de Guayama, quien se pasaba chisteando en programas de radio y televisión mientras otros legislaban, renunció al cargo para evitar enfrentarse el viernes a la vista ejecutiva de la Comisión de Ética, donde encaraba tres querellas, y la evidencia en su contra es contundente, aseguraron a Primera Hora varias fuentes.

Incluso, este diario supo que la Comisión de Ética tiene, como parte de la prueba contra el ahora ex legislador de 62 años, una querella que fue radicada en la Oficina del Contralor por supuestamente cobrar dietas legislativas mientras se encontraba de viaje en asuntos personales.

La evidencia en manos de la Comisión sostiene, según una de las fuentes, que Soto no rindió planillas por espacio de cinco años por tres corporaciones de las que es dueño. Se supo que, una vez se radicó una de las querellas ante la Comisión de Ética, el legislador fue corriendo al Departamento de Hacienda a someter los documentos. Las corporaciones son ALS Auto Corporation, Soto Corporation y Anthony II Corporation.

Además, se aseguró que las planillas personales de Soto no cuadran con sus ingresos. Otra fuente de este diario explicó que, mientras el hoy renunciante senador rendía por ganancias de $20 mil, la realidad es que sus ingresos en tres años podrían haber llegado incluso al millón de dólares.

De hecho, una revisión que hizo Primera Hora el 2 de junio de este año del expediente financiero de Soto en la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) reveló que en sus planillas contributivas de 2002 a 2006 reportó cantidades ridículas de ingreso bruto ajustado, y un capital neto de activos de casi un millón. Al mismo tiempo, sólo reportó a la CEE un ínfimo donativo de $200 para su campaña electoral.

En los estados financieros que sometió ante la CEE, Soto informó que el 30 de septiembre de 2008 tenía un capital total de $950,209. Esto incluía una residencia de tres plantas en concreto armado, con aire central, valorada en $475,000, en la carretera PR-3 en el municipio de Arroyo.

También reportó tener un capital de $432,600 en una corporación denominada Anthony II Corp., dedicada, según reportó en el estado financiero, a la venta de autos usados e importados.

A dos meses de la elecciones generales de 2008, informó haberse ganado apenas $12 mil anuales como ingreso, tener en efectivo $10, 178 y otros $32,431 en mobiliario, joyas y otros efectos personales.

En las planillas de 2002 a 2006, reportó haber recibido un ingreso bruto ajustado de apenas $7 mil a $10 mil por cada año contributivo. Anotó ser gerente en el encasillado de profesión y, en su información financiera de 2007, figura como dueño de ALS Auto Sales.

En los informes de ingresos y gastos que venía obligado a someter a la CEE, Soto no informó cómo cubría los gastos de su campaña política, que excedieron los $50 mil. Sólo reportó un donativo de apenas $200 sin especificar quién lo hizo, contrario a lo que dispone la Ley Electoral.

El lío de las finanzas del legislador se destapó en medio de la controversia que protagonizó por el lujoso auto Bentley cuando dijo en medios radiales que el carro había sido un regalo y, luego, se enredó en tres versiones, sin poder explicar cómo el vehículo llegó a sus manos.

Pero, además de las querellas por el Bentley y sus planillas, Soto enfrentaba una querella en el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales porque tenía, en una propiedad suya, pozos de agua, y no pagaba por el consumo.

Documentos del DRNA muestran que Soto radicó este año una declaración jurada en la que dice que el pozo fue instalado en su vivienda del barrio Guásima en mayo de 2010. Sin embargo, los documentos de la agencia incluyen estimados del consumo de agua del pozo desde 2002 hasta julio de 2010.

Los documentos del DRNA indican que Soto violó la Ley de Aguas al construir un pozo sin permisos y al extraer, durante nueve años, seis millones de galones de agua.

la carta de renuncia

“En los pasados meses, se ha levantado una serie de controversias en torno a mi persona, mi familia y las empresas familiares que administraba antes de ocupar el cargo de senador. El debate público que ha surgido en torno a mi persona ha afectado mi salud y también lacera, injustamente, la imagen del Senado de Puerto Rico”, dijo en la carta de renuncia que entregó a las 5:57 de la tarde de ayer al presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz.

“De esa forma, pondré fin a las insinuaciones y a la angustia que todo esto provoca a mi familia y a mis compañeros del Senado”, sostuvo Soto.

La renuncia será efectiva el 16 de septiembre de 2011.

Después de renunciar al cargo, Soto se trasladó a la panadería La Viña en Hato Rey y, cuando Primera Hora lo abordó, salió apresuradamente en su vehículo oficial, sin emitir comentarios.