Las vetustas paredes coloniales de La Fortaleza se impregnaron ayer de la inocencia y las risas de los dos hijos mayores del gobernador, Ana Patricia y Juan Pablo, quienes hicieron sus primeras travesuras en los salones y recovecos del Palacio de Santa Catalina.

Todavía no se han mudado, pero los niños se disfrutaron su primer día en la mansión que será su hogar por los próximos cuatro años.

Al mediodía exploraron el techo con varios miembros de la escolta cuando estos izaban las banderas. Desde lo alto, los niños saludaron a varios jovencitos de la iglesia Espíritu Santo de Salinas, que lograron avistarlos a través de los portones principales.

“Yo vi que iban a poner las banderas y aproveché. Quise ayudar porque soy nueva aquí y quiero saber todo. Hasta estoy jugando al escondite por toda La Fortaleza”, confesó con picardía y sin achantarse ante las cámaras Ana Patricia, de 10 años.

¿Qué hacías (en el techo)?, le preguntó una reportera de televisión.

Poniendo la bandera de Estados Unidos, pero la de Puerto Rico es la más linda.

Su hermano, Juan Pablo, de siete años, no se quedó atrás. “Me gustó mi cuarto, el cuarto de los espejos y el de música”, sostuvo.

Los niños, que estaban con una amiguita de Caguas, dijeron que su padre les ha advertido que tengan cuidado “con las cosas”.

En la tarde, en un breve intercambio con periodistas, Alejandro García Padilla dijo que los niños “siempre estuvieron acompañados y que nunca estuvieron en peligro”.

Su hermano Juan Carlos también visitó La Fortaleza. “Vengo a trabajar un asunto con Eduardo Vergara (un ayudante), no con el gobernador”, dijo el alcalde de Coamo.

¿Se acostumbra a llamarlo gobernador?

Seguiremos siendo hermanos siempre.