Varios analistas del quehacer político boricua dijeron ayer que el saliente secretario de Estado se tendrá que distanciar también “lo más posible” del gobernador y, contrario a la postura asumida durante los pasados tres años, no le va a quedar más remedio que “mojarse”, expresándose a favor o contra de las políticas instauradas por su aún jefe.

Otro tema espinoso es el del Plan de Ajuste Fiscal porque tendrá que explicar si endosa sus poco simpáticas propuestas  para los próximos cinco años.

Queda por verse, además, si el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, lo reta y cuán  contenciosa puede ser una primaria entre ambos. 

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La oficina del Contralor Electoral informó ayer que  García Padilla, al 10 de septiembre de 2015, había logrado recolectar $2,754,573.20 en donativos. 

A eso hay que sumarle la cantidad de  dinero que  recogió de septiembre  a esta fecha, que  no ha sido informada todavía al Contralor.

La única manera en que Bernier pudiera usar parte ese dinero, es que -como indica la Ley de para la Fiscalización del Financiamiento de Campañas Políticas-  García Padilla le devuelva lo que pueda a los donantes y estos luego decidan enviárselo  al nuevo candidato.

La ley dispone que de no localizarse  los donantes,  o si se  trata de un donativo anónimo (de $200 o menos), el dinero tiene que ir a Hacienda.

El ex secretario y ex comisionado electoral del Partido Popular Democrático (PPD), Eudaldo Báez Galib, explicó que a  los donativos en cheques se les pudiera seguir “la pista” si el cheque tiene la dirección del contribuyente impresa. De otros donativos de sobre $200 en “cash” debe haber recibo, pero de los de menos de $200 no hay nada.

Enmendar la ley para permitir la transferencia del dinero de un aspirante a otro, Báez Galib dijo que se tendría que hacer retroactivo y eso “no sería correcto”.

“Pudiera plantearse que se están burlando las finanzas del Estado, porque ese dinero no iría a Hacienda. Sería políticamente suicida que un partido político tome una decisión así”, dijo Báez Galib.

El reto mayor que tiene Bernier es, sin embargo, apartarse del  primer ejecutivo, coincidieron los analistas.

“Él tiene que huirle a García Padilla como si tuviera varicela”, dramatizó   Domingo Emanuelli, quien afirmó que al secretario de Estado le será más fácil disociarse de las políticas del gobernador que a   Bhatia, porque este último promovió y aprobó muchas de ellas.

Sobre el presidente senatorial,  Emanuelli destacó que   tiene vasta experiencia de gobierno, pero se echó al movimiento laboral en contra con sus propuestas de cambio para  el Departamento de Educación y la Autoridad de Energía Eléctrica. 

El empresario Adolfo Krans  opinó, en tanto,  que el escenario que tiene ante sí   Bernier es bastante complejo. 

Opinó que nadie le ha prestado atención al hecho de que la Ley Electoral le permite a los candidatos retirarse a mitad del año electoral,  antes de que se impriman las papeletas.  

García Padilla -dijo-  pudiera quedarse en el cargo el tiempo más largo posible ante los comentarios de que uno de sus hermanos es investigado por los federales. 

En cuanto a las dificultades que encararía el saliente secretario de Estado,  Krans subrayó  que el haberse quedado callado sobre la mayoría de las decisiones del gobernador no evita que se le considere partícipe “de lo que ocurrió”. 

“El que calla, otorga”, dijo.

Mencionar que en su momento él dirá en qué estaba de acuerdo o no con el gobernador, según Krans, puede ser un “issue  de carácter”  que utilice la oposición política en su contra.

El anticipado ingreso de  Bernier a la lucha partidista,  está creando aparentemente ansiedad en el Partido Nuevo Progresista (PNP). 

“Su llegada al ruedo político, cambia el juego para todos completamente... El PNP tiene que saber que Bernier definitivamente se gana a Ricky Rosselló y a Thomas Rivera Schatz”, expresó Emanuelli.

Bernier le ganaría a Rosselló porque el apellido de este último causa animosidad en mucha gente, indicó Emanuelli. 

Rivera Schatz tiene mucho apoyo del liderazgo PNP, pero no cuenta con una masa grande de electores en la periferia, comentó Emanuelli, quien agregó  que Pierluisi no tiene esos problemas y,  despejado el coraje de la gente con el gobernador, una papeleta Pierluisi-Bernier “sería entre dos caballeros”. 

“Esa sería una campaña de altura”, vaticinó Emanuelli.