Acompañado de decenas de personas humildes que se identificaron con su “anticampaña”, el doctor José Vargas Vidot, cortó hoy un alambre con una tijera de jardín en la escalinata norte del Capitolio para romper “la frontera que desune” al pueblo.

“Lo estamos enterrando, es el pasado, lo estamos olvidando. ¡Qué jamás volvamos a repetir esa vergonzosa historia!”, exclamó el primer senador en ser elegido de forma independiente en Puerto Rico. Hasta ayer había acumulado 155, 778 votos, siendo el legislador en recibir la mayor cantidad de votos en los comicios electorales. 

“Le estamos diciendo a esta gente (los legisladores) que casi un cuarto de millón de personas les dijeron ya basta”, afirmó Vargas Vidot.

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¡Esta es nuestra casa!, ¡Del pueblo, con el pueblo y para el pueblo!, eran algunas de las consignas que repetían los manifestantes.

Vargas Vidot destacó en un breve mensaje que “esta casa ha sido el asiento de tanta deshonra, de mucha vergüenza, del silencio. Ha cerrado las puertas al pueblo y este pueblo en representación de todo el País, de izquierda, de derecha, de altos y bajitos, reclama nuevamente la ilusión de sentirse parte y no ser excluidos por esos secuestros de conciencia llamados partidos”.

El fundador de Iniciativa Comunitaria dijo que estas elecciones le han dado “una lección contundente a las personas que pretenden amarrarse permanentemente a las corporaciones sin fines de lucro, llamadas partidos”.

Puntualizó que “los partidos recurren a un secuestro de conciencia que le llaman caucus, que daña las ilusiones del pueblo. “Para los que creemos en el prójimo, esto se constituye en nuestro caucus en el Pueblo”, aseveró el médico. 

Vargas Vidot calificó el acto como una toma simbólica porque destacó que “dentro de la cultura de paz, el amor vuelve a ser un instrumento de transformación y cambio”.

Subrayó además, que en este momento histórico “de oscuridad mundial por lo que se espera de esa presidencia (Donald Trump) tenemos que establecer formalmente alianzas para servir de puentes”.

Mientras sus simpatizantes guardaban el minuto de silencio, les pidió que el momento se tornara en una reflexión. “Hemos perdido tanto y hemos ganado tan poco”, sostuvo Vargas Vidot. “Hemos visto tanta gente salir de nuestros brazos porque no han tenido un seguro médico adecuado, porque hemos permitido que los grandes intereses decidan los asuntos de salud, cuántos confinados permanecen en las cárceles cuando deben estar en tratamiento y cuántas personas hemos perdido en una emigración buscando el progreso cuando se supone que esté entre nosotros”, expresó.

Cuando cortaba el alambre, los manifestantes lo aplaudían y vitoreaban. Algunas de las personas coreaban: “¡Victoria para la historia!, ¡Quién es ese que se escucha, es el pueblo en pie de lucha!”. Algunos de los participantes llevaban pañoletas, identificándose con el atuendo que caracteriza a Vargas Vidot. Otros cargaban pancartas y monoestrelladas.

El salubrista llegó al Capitolio con una enorme bandera de Puerto Rico, en una caminata desde los predios de la Iglesia Luterana en Puerta de Tierra y en el trayecto la gente lo aguardaba y se le unía. Una vez las personas llegaron a la escalinata norte de la Casa de las Leyes entonaron la Borinqueña.

“El pueblo cuando sale de su silencio tiene la capacidad de abrir su corazón creativamente”, sostuvo Vargas Vidot. Al finalizar el acto, muchos de los presentes, jóvenes, adultos y de mayor edad, lo abrazaron. Algunos se fotografiaron con el nuevo senador.

“Yo lo cuidé de niño. Jugaba conmigo en el Viejo San Juan y hasta en La Perla y desde muchachito ya él tenía esa cosa de amor al prójimo”, expresó emocionado don Benito Reynosa, quien dijo que el padre de Vargas Vidot era su amigo.