El legado del fenecido alcalde de Carolina, José Aponte de la Torre, sigue vigente en la política, en la discusión del status y el Estado Libre Asociado, la economía, las luchas comunitarias y en la identidad del pueblo, según trascendió ayer durante la ceremonia póstuma de otorgamiento de la medalla Luis Muñoz Marín.

Esta distinción, que recoge los más altos valores de vida que caracterizaron la obra por los puertorriqueños del primer gobernador electo, Luis Muñoz Marín, fue entregada a la familia de Aponte de la Torre, quien fue alcalde de Carolina desde el 1984 hasta el 2007.

“Más que un homenaje, esta ceremonia es una reafirmación de principios, es una renovación del compromiso ineludible de servirle al país con entrega y amor, por eso hoy, este reconocimiento recae en la figura y el legado del Gigante Mayor, don José Aponte de la Torre”, dijo el presidente del Partido Popular Democrático (PPD), Héctor Ferrer Ríos.

Aponte de la Torre era un autonomista genuino y defensor de la soberanía del pueblo y su huella ha permanecido intacta como maestro de civismo, líder de principios y defensor de las causas justas sin buscar protagonismos y de los postulados de su partido, acotó el presidente de la Pava.

“En el plano político, Aponte era un gran popular, bueno de verdad, leal, trabajador, honrado y sobre todas las cosas defensor de este partido contra todo enemigo exterior y, de vez en cuando, contra uno que otro enemigo interior también”, indicó Ferrer Ríos. 

Basado en el principio que promulgaba Aponte de la Torre, de que el status no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para alcanzar el bienestar de la gente, el PPD se encamina a un proceso de introspección y reorganización, comentó Ferrer Ríos.

“Tenemos que entender, como Muñoz y Aponte, que el desarrollo de nuestro proyecto de autonomía política tiene que estar anclado en un solo norte: el bienestar de la gente, esa es la aspiración que funciona”, opinó Ferrer Ríos. 

El líder de la Pava agradeció a los descendientes del exalcalde por preservar su legado, a su sucesor como alcalde de Carolina, su hijo José Carlos Aponte Dalmau, al representante Javier Aponte Dalmau, así como a Ernesto Aponte Dalmau, por mantener viva la obra Aponte de la Torre. 

José Carlos, quien recibió la medalla junto a su madre Carmen Idalia Dalmau Ferrer, a quien dijo le pertenecía la mitad de la presea “por apoyarlo durante 43 años”, rememoró que su padre siempre le decía que todas las cosas las hiciera con amor, y por eso siempre estaba sonriente ya que disfrutaba lo que  hacía. 

“Fue un aliado del Estado Libre Asociado, un popular con el fuego ardiente en su corazón y bajo este ideal su contribución a las iniciativas de desarrollo económico de Carolina y del País a la independencia municipal, pero sobre todo a la superación personal. Considerado como un osado estratega, era un agente conciliador con poder de convocatoria”, manifestó José Carlos.

 Además, recordó que una de las contribuciones más grandes que hizo junto a otros alcaldes fue lograr una Autonomía Municipal de avanzada, la cual les ha permitido sobrellevar la crisis económica.