Cuando hacemos mucho ruido, no es porque somos desordenados, es que somos boricuas.

Así lo entienden varias familias entrevistadas ayer por este diario mientras bajaban o subían al crucero Carnival Valor en el Viejo San Juan, al ser abordados sobre las quejas que algunos viajeros de otras nacionalidades expresan sobre los puertorriqueños.

“No es solo en los cruceros, dondequiera nos hacemos sentir. No es de una forma rude (grosera), pero sí de una forma jocosa, nuestra cultura es así, es una cuestión cultural. Hacemos revolú dondequiera”, explicó Yelitza Ocasio Andino, quien viajaba junto a Eyal Vaknin para las islitas del Caribe.

“Yo te diría que los puertorriqueños nos portamos bien porque en ese barco había mucho moreno y mucho americano y se portaron super bién. Disfrutaron a cabalidad, pero en orden”, aseguró, por su parte, Norma Martínez, quien viajó por primera vez en un crucero.

“Nosotros no nos colamos, ni al frente de nosotros se colaron. Había mucho espacio”, añadió quien viajó con su compañera laboral Nelly Caraballo.

“No se pasaban por encima de nosotros, cada uno estaba ordenada en su área”, dijo, por su parte Nelly -sentada al lado de Norma- mientras esperaban que familiares las recogieran.

“Eso es una semana de rico porque no tienes que lavar, nosotros lo que hicimos fue comer, dormir, y disfrutar, ¡ah! y comprar, que eso no falló”, bromeó Martínez, quien visitó cinco islitas durante su viaje de una semana.

“Sí, hacemos revolú, pero es cantando, chavando y cuando se reúnen en los lounges de música latina, están todos allí, pero realmente ruido y revolú no”, mencionó Aida Hernández, quien viajó con Axel Cuevas, Alexandra Ferreras y Yanired Irizarry.

“Tres cuartas partes del crucero eran boricuas, así que te podrás imaginar. Todo el mundo se portó bien. Yo he ido en otros cruceros que hay más revolú”, detalló Hernández, quien no cree que como puertorriqueños causemos malestar a los demás viajeros.

“Culturalmente, como no han visto, no han vivido aquí, no entienden la forma de ser. Nos portamos bien. Yo he ido dos veces en crucero y a ellos (los no boricuas) les encanta”, señaló María Pérez.

Un grupo de norteamericanos, encabezados por Lynnett Hawks y Gary McDaniel, mencionó que siempre han sido tratados de maravilla cuando hay boricuas involucrados y que no tienen ninguna queja de los de aquí.

“Con todos los que nos hemos cruzado han sido muy buenos. Todo el mundo ha sido fantástico”, dijo Lynnett.

“No me quejo, todos han sido fantásticos”, añadió Gary.

Las quejas sobre el comportamiento de los puertorriqueños a la hora de abordar cruceros y luego dentro de los navíos se han dado mayormente en Internet por viajeros que describen a los isleños como revoltosos y que no siguen instrucciones.