Hasta hace poco, si la paramédica Itza García se encontraba en una situación en la que tuviera que atender a una persona con trastorno de espectro de autismo que se pusiera agresiva, “llamaba al compañero policía, y que se encargara de él, porque esto es seguridad de escena”. Pero ahora, gracias a una capacitación que está llevando a cabo el Departamento de Seguridad Pública (DSP) para los primeros respondedores, ese protocolo de acción cambió.

“Ahora tengo que visualizar de otro ángulo. Porque si ya yo sé que el paciente es de espectro autista, busco quién es la persona de confianza. Eso es algo que se aprendió aquí en la capacitación. Que entonces mamá, o papá, el hermano, cuidador, con el que tenga esa compatibilidad, sea la persona que lo calme, y ahí poder trabajar con él”, afirmó García, directora de la zona de Carolina del Negociado de Emergencias Médicas y quien era parte del adiestramiento más reciente sobre cómo actuar ante la presencia de una persona con trastorno del espectro de autismo (TEA).

“Y entonces lo que pasaba es que se retenía, se controlaba de la manera que fuera, iba a involucra algún tipo de uso de fuerza. Y eso no iba a ser necesario. Tan sencillo como eso. Porque si reconocemos esas señales o esas banderas rojas de lo que podemos identificar de la comunidad de autismo, pues ya sabemos cómo actuar”, agregó Alexis Torres, secretario del DSP, quien afirmó además que tiene el firme propósito de que este adiestramiento especializado se convierta en algo permanente para todos los primeros respondedores.

La paramédica aseguró que, gracias al adiestramiento, “me capacita a llegar a tener más confianza de acercarme e ir a preguntas directas” en caso que tenga que atender una situación con una persona con TEA, y con su cuidador.

“Nosotros estamos llamados a ser empáticos, y esto nos ayuda a ampliar el conocimiento y ser mucho más empáticos tanto con los pacientes como con sus papás”, insistió García, quien aseguró que lo primero que hizo al llegar a la oficina luego del adiestramiento fue sacar copias a las láminas con dibujos para asistir en la comunicación no verbal, algo que caracteriza a muchas personas con TEA, para repartirá sus colegas.

Daisy González participa de los talleres junto a su hijo con autismo.
Daisy González participa de los talleres junto a su hijo con autismo. (Suministrada)

Este giro en la manera de atender a personas con autismo, además, es de enorme satisfacción para las familias con personas con TEA, como es el caso de Daisy González, madre de un joven con autismo y quien se ha unido, junto a su hijo, a las y los especialistas que están ofreciendo la capacitación, como un valiosísimo recurso “para que los primeros respondedores tuvieran esa experiencia vivencial de qué es una experiencia de un joven con autismo”.

“Hicieron muchas preguntas, y hubo muchas respuestas. Hubo mucha sinergia, porque estaban bien interesados en el tema, en cómo impactar la comunidad positivamente, en cómo aprender a cómo lidiar con estas situaciones de emergencias”, afirmó González, quien junto a su hijo José, de 27 años, pudo mostrar “como es su comportamiento en momentos específicos”.

“Por ejemplo, a José le gustan mucho las gafas y las gorras, y sabemos, por ejemplo, que no podemos ir al banco con gafas y con gorras. Y le explicamos eso a ellos, para que pudieran entender un poco que son sus gustitos, sus apegos”, explicó. “¿Qué pasaría si tú ves una persona con gafas y gorra, caminando en el banco para el frente y para atrás? Probablemente dices, ‘esta persona es extraña o algo pasa aquí’. Entonces, ¿qué hacer ahí? Por lo menos acercarte a la persona y decirle, ¿te pasa algo?, ¿te puedo ayudar?, antes de tomar una decisión rápida, o sospechosa, que lo ponga más nervioso. “Cuando me sucedió a mí, el de seguridad me dijo, ‘gracias por decírmelo mamá’. Y yo me sentí tan bien, porque mucha gente como que no entiende, pero en este caso sí fue empático y entendió la situación”.

Explicó además que también puede ocurrir que alguien con TEA no respete el espacio personal, y se pegue mucho a una persona y pueda resultar incómodo, aunque con la pandemia, que se insistió tanto en dejar espacio entre las personas, “él ya sabe que no se debe acercar mucho”. Asimismo, resaltó que explicaron que, en casos de autismo severo, es común que la persona tenga “movimientos estereotipados que no pueda controlar”.

El doctor Giovanni Martínez, sicólogo clínico especialista en el espectro de autismo y deficiencia del desarrollo, destacó y alabó el interés del DSP y los primeros respondedores en el tema y comentó que la intención del adiestramiento es “capacitar a los primeros respondedores en un manejo efectivo en términos de una crisis con el espectro de autismo”.

DSP recibe talleres sobre la poblacion con autismo.
DSP recibe talleres sobre la poblacion con autismo. (Suministrada)

Explicó que el taller comienza con una parte más educativa, luego tienen la interacción con “una madre, que para nosotros es un insumo espectacular, con su hijo, para que el primer respondedor pueda tener un acercamiento más estrecho”, y por último llevan a cabo ejercicios de práctica, con situaciones que puedan surgir en una emergencia, variando con escenarios que podrían ser más probables para bomberos, policías, paramédicos.

Shaila Santiago, directora administrativa del Centro de Estimulación Integral para Chicos como Tú, organización sin fines de lucro con sede en Cataño, que ofrece servicios educativos y terapéuticos, así como talleres de capacitación, y que también se ha unido a la iniciativa de capacitación de primeros respondedores, comentó que no dudó en colaborar pues ya habían tenido situaciones “con algunos de nuestros chicos” cuando los sacaban a la comunidad en Cataño, “y se presentaban los policías, medio asustados, queriendo ayudar, pero asustados. No tenían las herramientas. Y pues dijimos, tenemos que hacer esto, tenemos que educar a los primeros respondedores. Y estamos haciéndolo”.

Resaltó la herramienta de las láminas con imágenes para propiciar la comunicación no verbal, pues “ellos son visuales. Si tengo un niño con autismo y le digo, ¿cómo estás?, seguramente no me va a responder. Pero si tengo láminas, y es no verbal, y le enseño diferentes emociones, triste, feliz, enojado, asustado, nervioso, quizás me puede tocar una de estas láminas y ya tengo una idea de qué está pasando”.

Asimismo, mostró lo que describe como kit de primeros auxilios para jóvenes y niños con autismo, y que incluye peluchitos y otros objetos llamativos, burbujas, globos, que pueden ayudar a “captar la atención de ese chico, y entonces el primer respondedor puede trabajar con él”.

Para la doctora Dinoska Rodríguez, también sicóloga, es algo muy importante poder comunicar la información correcta acerca del TEA, pues la desinformación que existe “crea muchas veces discriminación o predisposición negativa ante la intervención que se pueda ofrecer”.

En el taller, por ejemplo, explica a los primeros respondedores que, al no poder comunicarse de manera verbal, una persona con TEA puede recurrir a agredirse a sí misma, “y ese comportamiento, que tal vez es interpretado como agresivo, porque me muerdo, me doy en los oídos, es una representación de algún dolor que estoy sufriendo y le estoy dejando saber a esa persona que me duele”.

“Tenemos que hacer ajustes, tenemos que hacer acomodos. Y esta población lo que requiere es eso, unos acomodos y unos ajustes, basado en el conocimiento que tenemos sobre ellos. Conocer cuáles son sus características para poder hacer las modificaciones que necesitamos para poder hacer un acercamiento. Por ejemplo, muchos son hipersensibles o hiposensibles al ruido, si tengo una patrulla o una ambulancia, me estoy acercando, y sé que tiene autismo, pues apago el biombo, apago la sirena, porque así la probabilidad de reacción de esa persona sea mejor y no se ponga tenso o defensivo”, explicó.

El doctor Martínez destacó que esta iniciativa gana incluso más relevancia si se toma en cuenta que la población con TEA es una “en aumento, y en aumento rampante”.

“Estamos viendo cambio de 1 en 110 personas, 1 en 68, y hay unas estadísticas, la nueva data que va a ir llegando, que todavía no la han publicado, que dice que en Estados Unidos y todos sus territorios, incluyendo a Puerto Rico, que 1 de cada 37 niños varones tiene espectro de autismo, y 1 de cada 151 niñas. Y también estamos viendo una situación que los criterios en las chicas no se ven tan pronunciados o evidente como en el varón”, sostuvo el especialista.

Ante esa realidad, el secretario Torres insistió en que “la meta es ver cómo podemos ser más eficientes en esa respuesta, y abrir caminos a esta comunidad con trastorno de espectro de autismo”.

A tono con esa meta, García, que no podría estar más de acuerdo con el secretario, aseguró que “yo estoy sumamente agradecida de poder participar de este taller”.

“Sé que es un logro y una meta de la secretaría (DSP) estos talleres. Para mí es sumamente importante y le explicaba al secretario que cuando educamos a una persona bien, educamos a su entorno, educamos en el trabajo, a la familia, a todo el mundo en general, porque nos codeamos con otras personas y le podemos pasar la información correcta. Así que para mí es un honor, es de gran satisfacción poder participar de este taller”, insistió la mamá de José, quien además exhortó a que la iniciativa se replique a través de todas las agencias del gobierno.