Cuatro niños llevan alegría y felicidad al hogar de Hiram y Bryan
La pareja narra el discrimen por orientación sexual que han tenido que vencer como padres adoptivos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El 26 de octubre de 2020, el hogar de Hiram Rivera López y Bryan Gómez Sáez cambió para siempre. El amplio patio para correr, saltar y jugar a las escondidas, se llenó con las risas y sueños de cuatro adorables hermanitos que, de la noche a la mañana, los convirtieron en los felices padres de: Luis Hiram (7), Henry Bryan (6), Emma Patricia (5) y Luz Victoria (4).
Desde agosto de 2019 la pareja ya tenía al cuidado los niños como parte de las etapas del proceso, pero la adopción se completó ese 26 de octubre a las 2:00 de la tarde. Ese es un día de fiesta en la casa, pues desde entonces, los pequeñines son los hermanos Rivera-Gómez.
Con su amor, alegría y sus travesuras, los cuatro hermanitos han pintado de color la casa que Hiram y Bryan comparten en una urbanización en Río Piedras. Un frondoso roble en el patio trasero es testigo de las carcajadas y jugueteos en los columpios. Los padres, mientras tanto, viven día a día el corre-corre de la escuela, el ajoro del desayuno y los preparativos de loncheras y uniformes, todo esto con la ayuda de “Titi Dayna” (Luz Dayna Rivera López), hermana menor de Hiram y quien también ha puesto el corazón en la crianza de los hermosos niños.
Lo que Hiram y Bryan no imaginaban es que el azar se había encargado de reunir a los cuatro pequeños con su hermana biológica Alysha Kaleila, de ocho años, pues la niña había sido adoptada por sus amigos cercanos: el representante a la Cámara, Carlos “Johnny” Méndez Núñez y su esposa Lisandra Maldonado. El legislador y su esposa sabían que ellos ponderaban la adopción, pero tampoco imaginaban que los protagonistas eran los cuatro hermanitos de Alysha Kaleila.
La feliz coincidencia ha reunido a los cinco hermanos biológicos y, aunque todavía los niños no conocen su parentesco, las dos familias se preparan para comunicárselo “en el momento oportuno”. Sin embargo, la sangre pesa y cuando los pequeñines se juntan, reina el alborozo.
“¡Llegó Alysha!”, gritó corriendo para recibirla Luis Hiram. Lo siguieron sus hermanitos Henry, Emma y Luz y después de abrazarse corrieron todos hacia los columpios de la mano de la hermana mayor.
Era domingo al mediodía cuando Hiram y Bryan compartieron con Primera Hora el proceso que los convirtió en padres de cuatro pequeños.
“En abril de 2019 nosotros comenzamos con la idea de tener un vientre subrogado, pero es un proceso complejo y muy costoso. En eso, unas amistades nos comentaron por qué no adoptábamos. Ya también sabíamos que Johnny y Lisandra estaban en proceso de adopción. Ese mismo abril, visitamos un centro de cuido de niños en Bayamón. Fuimos de voluntarios a conocer los niños y les llevamos regalos. Primero vimos a Luis y a Henry. Las dos nenas eran bebés todavía. Los niños se volvieron locos con nosotros. Luis me dijo que se quería ir conmigo y Henry no me soltaba”, relató Hiram, quien tiene 40 años y es abogado de profesión.
Ese día le dijo a Bryan, ‘vamos a empezar el proceso de los dos varoncitos’, pero cuando vio el apego que tenían los niños entre sí preguntó qué tendrían que hacer si quisieran adoptar a los cuatro. Le dijeron que ya las nenas estaban seleccionadas por otra familia en Ponce.
“En esos días le hablé a Lisandra de unos hermanitos que están en un centro y ella me preguntó cómo eran. Le dije: ‘son unas bellezas de pelo negro’ y ella dice: ‘No puede ser’. Me agarra de la mano, me dice que Alysha tiene cuatro hermanos que están en un hogar y creo que también se pueden adoptar. Le enseñé una foto de uno de los nenes y vuelve a decirme: ‘Es que no puede ser’. A los dos o tres días me llama y me dice nos tenemos que sentar, porque son los hermanos de Alysha. Los dos lloramos. Le dije que Dios obra por caminos misteriosos, que quería que ellos estuvieran juntos y juntos están”, narró Hiram.
Llega la adopción de los cuatro
“Yo tenía un juicio y me habían llamado que empezaría más tarde. Me tiré en la cama con mi traje, corbata y todo. De repente recibo esta llamada del Departamento de la Familia y me dicen: ‘licenciado, el Departamento se inclina a no separar a los cuatro hermanitos por el apego emocional que tienen entre ellos y necesita saber de manera inmediata: ¿ustedes estarían dispuestos a adoptar a los cuatro?”, recordó Hiram.
“Llamé a mi hermana y le dije: ‘Luz Dayna, me están pidiendo que yo sea papá de cuatro y no sé si yo pueda’”, contó lloroso con voz quebrada. “Mi hermana me dijo: ‘Hiram Carlo, nosotros somos cuatro en casa y tú sabes que papi sacaba ñames y mataba gallinas para criarnos a nosotros. Hazlo, que nosotros te vamos a ayudar’. Engancho, llamo a mi otra hermana en Villalba y como si hubiese sido un pensamiento simbiótico entre los tres me dijo: ‘Hiram Carlo, en casa nosotros somos cuatro, tú sabes todo el sacrificio que hicieron para tenernos, cógelos, que ellos van a tener unas mamás a su lado que los van a apoyar siempre. Desde ese momento, nuestros hijos tienen dos papás y tienen dos mamás, que son mis hermanas, y tienen decenas de tíos y sus abuelos que los adoran con su vida”, abundó.
Dijo que los cuatro niños les han cambiado la vida por completo. “Hay gente que tiene momentos en que su vida les cambia, a algunos les cambia con una casa, con mudarse, con algún trabajo, a nosotros fue tenerlos a ellos. Dejamos de ser Hiram y Bryan para ser, Hiram, Bryan, Luis, Henry, Emma y Luz con todas las repercusiones que eso puede traer, con los catarritos, con papá intentando bañar a dos niñas por primera vez, con papás entrando en el proceso escolar que nunca habíamos estado”, agregó Hiram.
Bryan quería una familia grande
“Yo no decía nada, me quedaba bien callado, estaba como en ‘shock’ con todo el proceso. Cuando salimos del hogar en Bayamón me monté en el carro y dije: ‘okay, mi vida cambió ya’. Recuerdo que no fui a trabajar ese día. Nos quedamos aquí (en la casa) y entonces fue, ‘¿qué vamos a hacer?’ y ahí empezamos a planificar. Cancelamos todo, teníamos planes, viajes pendientes y pusimos todo en pausa para comenzar a preparar la casa para recibir a los niños”, relató Bryan de 32 años, gerente general en un establecimiento de alquiler de automóviles. Con la llegada de los niños, obtuvo una licencia de paternidad.
Confesó que, inicialmente, el proceso fue chocante y cada día se convertía en un reto. “Yo decía: ‘¿qué voy a hacer?’, no sabía cómo hacerlo, no hay un libro que te diga: ‘esto es lo que vas a hacer’, pero el apoyo familiar y en mi trabajo, que nos han dado todas las herramientas que necesitábamos. No ha sido fácil, todos los días es un reto nuevo, se enferman o hay algo de la escuela. Yo los llevo por la mañana y los recojo por la tarde. Es complicado, pero se puede y cuando tú los buscas al colegio, y con esa cara te dicen: ‘Papi, llegaste’. No sé cómo explicarlo, es demasiado gratificante. Yo puedo hacer lo que sea, pero a mí me gusta ir a buscarlos, me gusta sacar ese tiempo. Por la mañana yo los llevo también y ese es mi momento con ellos”, contó Bryan.
“Mi vida cambió, porque siempre soñé con una familia grande. Tengo mi papá, mi mamá y mi hermana y éramos Hiram y yo. En ese momento, cuando llegan los cuatro, era lo que quería. Tú dejas de hacer tantas cosas que hacías para estar en tu nueva vida, te gusta tu nueva vida. Ahora, si viajamos, buscamos destinos que puedan ir los niños, tratamos siempre de no sacarlos a ellos, sino de incorporarlos a nuestras vidas. Y ellos desde el día uno, se adaptaron, ese fue un click que hubo siempre”, agregó.
El discrimen por orientación sexual
“Cuando comenzamos el proceso y buscamos todos los documentos, por primera vez en mi vida sentí el discrimen por orientación sexual. Los cuestionamientos eran sobre el certificado de buena conducta y de la Ley 300 (Ley que establece el registro de ofensores sexuales). Ambos certificados son obligatorios, pero el de la Ley 300 tarda en otorgarse y no me quisieron aceptar la solicitud hasta tanto yo entregara ese certificado de la Ley 300. Además, hubo mucho comentario y me quedaba callado, porque nunca he permitido que el discrimen me afecte. Eso fue en el Departamento de la Familia. No puedo decir que hubo escollos, ellos fueron bien accesibles, quizás el personal que me atendió en ese momento fue un poco arcaico, no estaban acostumbrados a ver este tipo de procedimiento”, detalló Hiram.
“Fue un proceso duro. Ahí entendí que Puerto Rico no está del todo preparado para ver a dos personas del mismo sexo entablar un proceso de adopción, que es un proceso perfectamente legal, validado por los tribunales, validado por la ley”, agregó.
En 2015, la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el matrimonio igualitario y, desde entonces, en Puerto Rico dos personas del mismo sexo se pueden casar y tienen igualdad de derechos ante la ley en términos del matrimonio civil, incluyendo la adopción, derechos de herencia, uniones civiles y derechos propietarios, entre otros.
Otro momento difícil, compartió Hiram, fue cuando llegó la hora de poner a los niños en la escuela. “Tres colegios del área nos discriminaron por orientación sexual, pero la Academia del Perpetuo Socorro los recibió. Más allá de nuestra familia, el lugar de mayor tranquilidad yo siento es que ellos estén allí porque el amor, la apertura, el cuido, la aceptación y el que le inculquen a mis hijos y a los hijos de las demás familias, que mis hijos vienen de una familia no tradicional de dos papás es algo que para mí vale mucho. Mis hijos han dado presentaciones y llevan fotos de sus dos papás. Los maestros los apoyan y si hay un niño que pregunta, la maestra les dice que lo que pasa es que ahora hay matrimonios de papá- papá, mamá-mamá, papá-mamá”, narró.
También dijo que tuvieron obstáculos para bautizar a los niños, pues las iglesias les requirieron que en el certificado apareciera solo un nombre de los padres, el suyo o de Bryan.
“Encontré una iglesia con mi fe religiosa católica en la que en el certificado van a aparecer los nombres de nosotros dos como padres y los vamos a bautizar el próximo sábado 25 de junio”, narró el abogado.
“Mi lucha es defender todos los derechos humanos y los voy a defender a capa y espada, porque esos derechos me dieron la oportunidad de ser papá y tener una familia. Desde ese momento, yo me he dedicado en cuerpo y alma en el anonimato a orientar a todas las personas que quieran tener hijos, ya sean parejas heterosexuales, parejas homosexuales o parejas de una sola persona, de cómo los protege la ley”, expresó.
El apoyo de “Johnny” Méndez y Lisandra
Para el legislador, el encuentro de los cinco niños ha sido “una coincidencia feliz”, porque siempre abrazaron la idea de que Alysha se pudiese relacionar con sus hermanos.
“Eso siempre lo tuvimos en mente, porque mis papás lo hicieron conmigo y mis hermanos biológicos. ¡Qué cosa más linda que se diera de esta manera, con un amigo que considero mi hermano (Hiram) con su pareja, con Bryan y que Dios permitiera que fuera de esta manera!”, sostuvo Méndez Núñez, quien fue adoptado y es el autor de la nueva Ley de Adopción de 2018 de Puerto Rico.
Dijo que ambas familias se están preparando como padres para cuando llegue el momento en que todos los niños sepan que son hermanos de sangre. “Lo vamos a fomentar y eso es saludable. Lo digo por experiencia propia. Desde pequeño yo sabía de dónde había salido y dónde estaba y mi deseo siempre fue estar donde estaba. Sé que ellos van a amar a sus padres, Alysha nos va a amar a nosotros, pero le va a dar un gusto enorme saber que tiene unos hermanos que en el futuro no sabemos las necesidades que puedan tener ellos, clínicas, sentimentales y ese lazo hay que mantenerlo siempre”, sostuvo el legislador.
Contó que durante el proceso de adopción Hiram llamó preocupado a Lisandra, porque eran cuatro niños “y ella les dijo: ‘ustedes son cuatro en tu casa, tu mamá y tu papá pudieron, ustedes van a poder también y ahí están los cuatro”.
“Los cuatro son una chulería, o sea, los cinco son una chulería y cuando se juntan los cinco, hay mucha química, una pequeña tormenta, pero sabrosa. Ellos (Hiram y Bryan) son mis héroes. Ese es el regalo de la adopción”, afirmó el expresidente de la Cámara.
Hay boda
Además de celebrar en estos días el bautizo de los nenes, Hiram y Bryan, que llevan 5 años y medio viviendo en pareja, también están planificando su boda. “Nos vamos a casar. Primero vamos a bautizar los niños… y posterior a eso, en algún momento vamos a tener nuestra ceremonia íntima”, compartió Hiram.
Con el aumento en el costo de vida, para sobrellevar la carga económica del hogar con cuatro menores, la pareja aseguró que trabaja tarde, mañana y noche.
“Es duro. Nosotros trabajamos todos los días”, sostuvo el abogado laboral con práctica privada y también tiene contratos con algunas agencias de gobierno.
¿Y la casa, cómo la mantienen recogida?
“Muy pocas veces viene alguien a ayudarnos. Yo mapeo, él friega (mirando a Bryan). Somos obsesivos compulsivos con la limpieza y tratamos de mantener todo recogido. Cada niño tiene su cuarto”, detalló.
Este domingo dividirán el tiempo para compartir el Día de los Padres con sus respectivas familias. El sábado pernoctarán en Villalba, con la familia de Hiram y el domingo lo pasan en Gurabo, con los padres de Bryan.
“La decisión de ser padres vino porque ambos somos de familias humildes y trabajadoras que nos enseñaron el valor del sacrificio. En un momento le dije a Bryan: ‘nosotros estamos construyendo algo bien sólido, ¿quién se va a quedar con todo esto?’ En abril de 2019 empezamos el proceso de comenzar a idealizar el concepto de ser papás, de dejar de ser los viajeros frecuentes, los que nos montábamos para todos sitios y a tratar de ver como hacíamos para tener una familia”, expresó Hiram, mientras mira a Bryan y dice: “Si Dios nos ayuda, este año todos vamos a despedir el año en Euro Disney, París”.