El director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA, en inglés) para Puerto Rico y Caribe, Alejandro De La Campa, rechazó este martes que la agencia tenga el control de despacho del diésel en Puerto Rico y destacó que aunque el asunto no es responsabilidad de la dependencia, se reunirá este miércoles con líderes del sector privado para ver cómo pueden ayudar.

“No está en nuestras manos (el asunto del diésel) pero tenemos que ver cuáles son las preocupaciones”, dijo De La Campa a El Nuevo Día.

“Nosotros no tenemos control sobre el diésel en Puerto Rico, nosotros tenemos contratos con ciertas compañías que nos están dando el servicio”, explicó De La Campa.

Según el funcionario federal, que lidió con desastres como los causados por los huracanes Katrina y Sandy, el combustible ordenado por FEMA se utiliza para el suministro de hospitales y facilidades críticas como los generadores en las plantas de procesamiento de agua de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

“No entiendo, primero de dónde salió (la información) que nosotros tenemos control del diésel y segundo, no entendemos por qué no se está distribuyendo diésel o combustible a compañías privadas”, sostuvo.

De La Campa agregó que el interés de FEMA es que supermercados, farmacias y tiendas similares reabran para que los ciudadanos puedan recuperar en algo la normalidad.

De otra parte, a preguntas de posibles cambios en la operación logística de FEMA por causa de la ruptura en la cadena de suministro de combustible, De La Campa recordó que Puerto Rico lidia con un desastre de grandes proporciones.

“Este es el desastre más grande en la historia de Puerto Rico, de nuestra generación, mucho más grande que Georges, que Hugo. Yo trabajé Katrina y Sandy y se puede comparar con ello con la adición de que Puerto Rico es una isla y todo lo que traemos, lo tenemos que traer por barcos o por aviones”, explicó.

Según De La Campa aparte de la logística particular que requiere un territorio aislado, FEMA intenta responder a la emergencia mientras sus equipos están incomunicados.

“Hay que ser realista, el no tener comunicación está afectando las operaciones de respuesta también”, dijo De La Campa al señalar que una vez se abandona la zona metropolitana, los equipos de respuesta dependen de comunicación por satélite.

Desde el paso del huracán María, Puerto Rico está incomunicado luego de que las redes de comunicación, todas en manos de proveedores privados, colapsaran. Se entiende que solo el 26% de la red está en operaciones.

La situación, que incluso supone un riesgo a la seguridad nacional, impide también la coordinación de la respuesta con las autoridades de ley y orden y las operaciones de la Guardia Nacional de Puerto Rico.